sábado, 27 de junio de 2015

¿POR QUÉ EN EL PECADO LLEVA LA PENITENCIA?

          Porque siempre se cumplen este dicho y estos otros:          
Quien la hace la paga
         El que a hierro mata a hierro muere
         Y a todo guarro, le llega su San Martín, 

         Y porque el pecado tiene la misma fuerza destructiva que un explosivo en manos de un terrorista, al que siempre, tarde o temprano le explota en las propias manos como penitencia.

         La Sagrada Escritura dice que  Moisés subió al Monte Sinaí y permaneció cuarenta días y cuarenta noches.

 Al cabo de los cuales, Dios le entregó  escritos en DOS TABLAS de PIEDRA los Diez Mandamientos.

         Pienso que Dios escribió los Diez Mandamientos en dos tablas para que  en una de ellas estuvieran los siguientes cinco Mandamientos, como un canto a la VIDA,  la SUYA, la de los PADRES y  la de los NASCITURUS, porque sin ellas, NADA EXISTIRÍA.

         No tendrás a otro Dios que a mí.
         No tomarás en falso el nombre de Yavé, tu Dios
         Acuérdate del día del sábado para santificarlo.
         Honra a tu padre y a tu madre.
         No matarás.

          En la otra tabla quiso Dios marcar unas líneas ROJAS infranqueables para que pudiéramos vivir en VERDAD, JUSTICIA y FRATERNIDAD.

El no adulterarás
         No robarás
         No mentirás
         No testificarás contra tu prójimo falso testimonio
         No desearás la casa de tu prójimo, ni la mujer de tu prójimo.

Si analizamos Mandamiento por Mandamiento comprobaremos que Dios los escribió, no para su beneficio, sino para hacer nuestra ineludible convivencia más justa, equilibrada y solidaria y ni Dios puede evitar que en el pecado llevemos la penitencia como veremos

El no tendrás a otro Dios que a mí y el pedirnos, y no exigirnos, que sobre todas las cosas, LE demos nuestro amor  que es lo más íntimo y personal que tenemos, nos pondría a la altura de Dios por el MUTUO AMOR. y cuando no LE amamos, vivimos esclavizados a otros amores.

El no tomarás en falso el nombre de Dios, sería no darle la categoría incuestionable y nuestro juramento no valdría nada.

El no honrar a nuestros padres, sería lo más inhumano, desagradecido y perderíamos el derecho a ser protegidos por nuestros propios hijos.

El no matarnos unos a otros, sería la paz tan deseada y nunca se cumpliría “el que la hace la paga” o "El que a hierro mata, a hierro muere"

El adulterio convertiría en un infierno la familia, único cimiento para poder progresar y convivir tranquilamente.

¿Existe algo más humano que la existencia del domingo para descansar, acordarse del Creador y no meterse en juergas que dejan resaca?

Si nadie robara, ¡¡qué tranquilos viviríamos!!

El mentir, engañar, manipular, dar falsos testimonios es lo más inhumano e injusto. Y que siempre se nos convierte en un bumerán.

El andar enamorándose y deseando toda mujer que se tercie, sea casada o soltera, sólo nos traería trifulcas.

El desear ser rico y pretenderlo a toca costa de los demás, sería canallesco y nos traería por la calle de la amargura al no conseguirlo honradamente, ¿Y si nos roban? y si se consigue con malas artes. ¿Y si  nos descubren?

         Queda bien claro que en todo PECADO lleva su PENITENCIA.

Y Dios  los escribió sobre una PIEDRA porque si en todo gran edificio, lo primero que se hace es poner la primera piedra y Jesucristo le dijo a Pedro, “Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, con los Diez Mandamientos se estaban echando los cimientos de una  humanidad sostenible.

Si Moisés se enfureció y las rompió, fue  porque supo que era lo que siempre HARÍAMOS al transgredirlas continuamente adorando los becerros de oro que nos fabricaran y nos fabricáramos.



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