martes, 30 de junio de 2015

¿POR QUÉ LA FE ES EL SEXTO SENTIDO?

                           
Porque aunque la FE es creer en algo que ni se VE, ni se OYE, ni se HUELE, ni se GUSTA, ni se TOCA, puede DIVINIZAR los cinco sentidos corporales, si los aplicamos con espíritu y reflexiva inteligencia.

Si sabemos VER la mano de Dios detrás de todas las maravillas, grandes y pequeñas que nos rodean, ya LE estaremos VIENDO.

         ESCUCHANDO la silenciosa armonía del universo y si, a través de cualquier genial sinfonía, percibimos la batuta de Dios, LE estaremos OYENDO.

         Al OLER el inmenso y variadísimo perfume de todas las flores del campo, no podremos ignorar que Dios ha pasado por allí y así OLEREMOS su reguero.

         SABOREANDO los múltiples sabores de los alimentos naturales o preparados por nuestra sabiduría culinaria, GUSTAREMOS  de un Dios que tan cariñosamente nos ha preparado tales menús.

         Cuando un día de calor, nos acaricie una suave brisa, o los rayos de sol se posen sobre nosotros en un día gélido de invierno, será como si Dios nos estuviese TOCANDO con su mirada.

         Si queremos vivir bien HUMANAMENTE, tendremos que poner siempre los cinco sentidos en todo cuanto hagamos si lo queremos realizar a la perfección y para nuestra felicidad.

         No podemos ir por la vida VIÉNDOLO todo, sin fijarnos en nada y con los ojos muy abiertos para todo lo inmoral y muy cerrados para no ver con  buenos ojos a los demás.

         Deberíamos cerrar nuestros OÍDOS a toda crítica o calumnia, para tenerlos bien abiertos a los buenos consejos.

OLFATEAR todo lo bueno y no meter las  narices donde no debamos.

GUSTAR de todos los manjares sin sibaritismos, glotonería y  sobre todo compartirlos con los demás.

Saber DAR y RECIBIR las caricias de nuestros seres queridos y no andar SOBANDO a todo bicho viviente.

         Cuando lo HUMANO y lo DIVINO se dan la mano, jamás se tropezará



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