viernes, 18 de septiembre de 2015

¿SE PUEDE VIVIR SIN CREER EN ALGUIEN O EN ALGO?


         Si alguien no CREE en algo o en alguien, es que no vive.

         ¿Se subiría  tranquilo a un avión, tren, autobús, taxis, en su propio coche o caminar por la calle si no creyera en su seguridad?

         ¿Nos pondríamos en manos de un  médico, abogado etc. etc. no creyendo en su profesionalidad, competencia y honradez?

         ¿No es de inteligentes creer en lo que nos dicen los científicos, sabios,  políticos o gobernantes que han dado muestras inequívocas de su sabiduría, preparación y honradez en su decir y hacer?

         ¿No es de ignorantes, crédulos y manipulables los que CREEN en todo lo que le dicen los farsantes, curanderos, timadores, embaucadores, manipuladores y los que les dicen y prometen políticos inexpertos y arribistas?

         Sucede, a veces, que los sabios y poderosos de este mundo creen en las ciencias, ignorando que todas las ciencias son criatura de Dios, por eso bien claro, dijo Jesucristo:

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos y las revelaste a los pequeños, Si, Padre, porque así TE plugo.
Todo me ha sido entregado por  mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”

         Pero como muchos y poderosos sólo creen en lo que vale mucho,
y como el creer en Jesucristo no vale ni un céntimo, no LE dan ni el valor de haber existido.

         A mí no me ha costado nada CREER con toda CERTEZA en Jesucristo, porque aunque ignore muchas cosas, me gusta PENSAR y PREGUNTARME

         ¿Quién, por muy poderoso que hubiera sido, se podría haber atrevido a DECIR:

Yo soy el Camino la Verdad y la Vida.
 Sin mí no podéis hacer nada
Aprended de  mí que soy manso y humilde de corazón.

         Y PROMETER: Venid a mí todos los que andéis con trabajos y cargas y yo os aliviaré.

         Y CUMPLIR: Yo estaré con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos”

          Y porque tengo que confesar que en mi vida me han ocurrido sucesos que he contado en mis artículos “Yo no he visto a Dios; pero creo que lo he visto” publicado el 7 de Marzo del 2012 y este otro:
“Soy un Cartujo de andar por casa y un Jesuita extra muros” publicado en mi 88 cumpleaños del Día 8 de Diciembre del 2013.

         Pero hoy sólo voy a relatar un hecho inexplicable, en el que me agarro  cuando las dudas de fe aletean en mi larga vida.

         Tendría yo 17 años cuando a mi  hermana mayor la tuvieron que operar de un tumor teniendo que desplazarse a Madrid.

         Ante el miedo natural, ofrecí al Señor en la visita diaria que LE hacia, sacrificarme no yendo al cine durante dos meses, única diversión por aquellos tiempos y LE dije, así, como de pasada:

         “Señor, si mi hermana se salva y TÚ me LLAMAS, TE seguiré”

         Mi hermana se salvó y yo olvidé la promesa de tal forma, que sólo me acordé cuando murió tal hermana y yo estaba casado y con tres hijas.

         Pasados los meses y sin acordarme de lo prometido, cayeron en mis manos el Kempis o Imitación de Cristo, unas revistillas “De Broma y de Veras” con los artículos: “Dios lo quiere” o “valientes” que empezaron a transformarme por dentro de tal forma que empecé a sentir unos deseos tan profundos de dedicar mi vida por completo a Jesucristo con el deseo de ser enviado a  misiones.

Que fui admitido en la Compañía de Jesús, donde viví mis 14 años más sacrificados y felices, deseando siempre ser enviado a misiones.

Al no cumplirse tal deseo, y ante la duda de que Dios no me había llamado, olvidando por completo mi promesa, que fue aceptada por Dios y cumplida por mi, durante 14años, decidí abandonar la Compañía de Jesús.

Todos estos acontecimientos un tanto fuera de lo normal, hacen que mi CREENCIA en Jesucristo no sea una FE invisible sino que SU PRESENCIA a mi lado sea tan palpable y REAL como el aire que respiro.
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