viernes, 9 de octubre de 2015

VENID A MÍ TODOS LOS QUE ESTÁIS FATIGADOS Y CARGADOS CON CARGAS QUE YO OS ALIVIARÉ



         Y tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mi que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, pues mi yugo es blando y mi carga ligera.

         Todo esto que lo habremos oído o leído muchas veces en el capítulo 11 de San Mateo lo dijo Jesucristo que es el único que lo puede prometer y cumplir, puesto que es el mismísimo Dios en persona.

         Dada la profundidad de lo que nos promete Jesucristo, y lo que ganaríamos si lo VIVIÉRAMOS, sepamos cómo vivirlo.

         Lo que deberíamos hacer es CREERLO sin fisuras, MEDITARLO en profundidad y VIVIRLO siempre, sabiendo que Jesucristo no dijo que nos LIBRARÍA de las fatigas, porque bien claro Dios dijo que el pan lo tendríamos que comer con el sudor de nuestra frente.

         Lo que realmente promete Jesucristo es que nos AYUDARÁ que no es poco, dado que quien lo promete es el  mismo Dios y porque nos vendrá muy bien  estar un rato en CONTACTO con Jesucristo para pedir que nos ayude. Ese TIEMPO si que sería de ORO.


         Si siempre fuéramos mansos y humildes de corazón, como fue Jesucristo, o sea no engreído, nuca vengativos, perdonando  hasta setenta veces siete, no querer tener siempre la razón y saber ceder de los propios derechos para evitar enfrentamientos y discordias disfrutaríamos de una FELICIDAD desconocida.

No hay comentarios: