Para los que CREAN en Dios, sería VERDAD que todo tiene arreglo
porque viven y se comportan como verdaderos hijos de Dios, esperando que
como buen Padre les ayude a que todo se
arregle, siempre y cuando ellos no olviden que “A Dios rogando con el mazo
dando”
NO le será VERDAD que la muerte no tiene arreglo, sino todo
lo contrario. Con la muerte se les acabarían todos los males inevitables y como
recompensa o salario a su ejemplar vida, empezarían a disfrutar de una vida
eternamente feliz.
Esto
que se dice y se escribe tan fácilmente. ¿Qué pocos lo CREEN y lo VIVEN?
Para
los no CREYENTES, pero ricos y poderosos, les será VERDAD que todo tiene
arreglo, porque “poderoso caballero es don dinero”; pero a veces ni con eso,
tiene arreglo su vida cuando se la quitan y tampoco será verdad para los
pobres, enfermos y desgraciados que no tengan ni la ayuda de Dios.
Para
todos estos, la única y fatal VERDAD será que en lugar de que se les acabe
la buena vida para unos y la mala, para
otros, empezará otra vida ETERNAMENTE
INFELIZ.
Alguno
de estos podrá pensar y decir: ¿Por qué Dios no nos lo dice con tiempo para
cambiar?.
¿Se
podría quejar un mendigo de que nadie deposite limosna en su mano que en lugar
de tenerla extendida la tiene metida calentita en los bolsillos?
¿Pues
cómo puede Dios ayudar a quien ni cree en ÉL ni LE pide nada?
Queda
de manifiesto que únicamente una cosa
tan sencilla y gratuita como es VIVIR LA
FE puede ofrecer cierta felicidad AHORA y sobre todo
DESPUÉS.
Luego para los CREYENTES la muerte lo ARREGLA todo y para
los no CREYENTES, todo lo CONTRARIO.
El INCRÉDULO sepa que tiene tiempo de ARREGLARLO TODO.
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