miércoles, 11 de noviembre de 2015

¿'POR QUÉ NOS LEVANTAMOS ESTRESADOS?

          ¡¡Qué trabajo nos manda el Señor!!
         “Levantarse y volverse acostar”

         Ese Levantarse y volverse acostar es el trabajo que día a día nos mantiene vivos y paradójicamente es lo más agradable y desagradable

         El Trabajo es también  lo más agradable y desagradable porque deseamos tenerlo y cuando lo tenemos lo odiamos, siendo la paradoja ineludible y necesaria si queremos seguir viviendo.

         Otra paradoja es que si queremos vivir, tenemos que ir muriendo poco a poco.

         Por eso si al levantarnos nos sentimos un tanto desabridos, apáticos y queremos seguir vivos, tendremos que empezar a matar la pereza, la inercia el mal talante con los demás y sobre todo PENSAR que estamos en las MANOS de DIOS y entonces se  nos abrirá ese horizonte empequeñecido y angustiante.

         Pero jamás salir de casa como cantábamos en el catecismo:

             “En mi casa sólo hay uno,
         que no reza al levantarse,
         se levanta, y se sacude,
         la zanguanga y a la calle”

               Para el Cielo ir,
           reza sin cesar
          y los Mandamientos
           fielmente guardar”

Los que salgan así de casa porque no CREEN, en Dios ni en la otra VIDA, sepan que cuando dormimos, que es  una tercera parte del día, estamos MUERTOS, porque aunque lata nuestro corazón y todos nuestros organismos vitales estén vivos, nosotros, ni somos consciente ni tenemos libertad y estamos viviendo en otro mundo irreal y desconocido como sería soñar algo que hemos vivido o jamás hemos visto.

 Todo esto lo permite Dios para que sepamos que todas estas cosas tan extrañas e inexplicables que nos suceden y sobre todo con  los sueños PLACENTEROS o PESADILLAS porque serían ensayos o avisos de lo que nos podría suceder a los  BUENOS o MALOS en el otro mundo

Muchos pueden  pensar  que la eternidad debe ser muy aburrida.

¿Nos aburrimos durante las ocho horas de sueño cuando nos parecen segundos?   
Es una triste realidad que mientras estemos despiertos, podremos amar, olvidar y hasta odiar a Dios, porque somos libres; pero en la otra vida nos amará Dios si LE hemos amado.

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