lunes, 18 de enero de 2016

TÚ ERES MI DIOS, POR TÍ SUSPIRO DÍA Y NOCHE


          Esto y cuanto voy a transcribir resumido, lo dejó escrito San Agustín en sus célebres Confesiones.

         “Habiéndome  convencido de que debía volver a mí mismo, penetré en mí interior, siendo TÚ mi guía
.
         Entré, y vi con los ojos de mi alma una luz inconmutable,

 Ni estaba por encima de mi mente, como el aceite sobre el agua o como el cielo sobre la tierra, sino que estaba en lo más alto, ya que ella fue quien me hizo, y yo estaba en lo más bajo, porque fui hecho por ella.

¡Oh eterna verdad y cuando TE conocí, fuiste  TÚ quien me elevó hacia TÍ, para hacerme ver que había algo que ver y que yo no era aún capaz de verlo.

 Y fortaleciste la debilidad de mi mirada irradiando con fuerza sobre mí, y me estremecí de amor y temor; y me di cuenta de la gran distancia que me separaba de TÍ, por la gran desemejanza que hay entre TÚ y yo, como si oyera tu voz que me decía desde arriba:

“Soy alimento de adultos, y podrás comerme. Y no me transformarás en sustancia tuya, como sucede con la comida corporal, sino que tú te transformarás en MÍ”

Yo buscaba el camino para adquirir vigor y poder gozar de TÍ pero no lo encontré hasta que no me abrace al mediador entre Dios y los hombres, CRISTO JESÚS que está por encima de todo que me llamaba  y me decía: YO soy el Camino de la Verdad y la Vida.

¡Tarde te ame, hermosura tan antigua y tan nueva!

TÚ estabas dentro de mí y yo afuera y así por fuera te buscaba y me lanzaba sobre estas cosas hermosas que TÚ creaste.

Reteníanme lejos de TÍ aquellas cosas que, si no estuviesen en TÍ, no existirían.

Me llamaste y clamaste y quebrantaste mi sordera.

Brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera.
        
Exhalaste tu perfume, y lo aspiré y ahora TE anhelo, gusté de TÍ, y ahora siento hambre y sed de TÍ, me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede TI.
        
         Ya que todos somos pecadores y por lo tanto necesitados de CONVERSIÓN. o sea de más INTIMIDAD con Dios.


         ¡Ojala ENCONTREMOS  a ese CRISTO JESÚS como lo encontró San Agustín para gozar de esa PAZ que proviene de Jesucristo que está oculto en la EUCARISTÍA día y noche.

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