Lo que verdaderamente da prestigio y fama a un diplomático
es cuando consigue que dos países enfrentados, no sólo se reconcilien, sino que
trabajen unidos en una causa común en beneficio de todos, sabiendo renunciar
cada uno a su ideología e intereses propios.
Cuando se da ese caso, se debería escenificar y fotografiar,
no al diplomático ni a los contendientes, sino solamente DOS MANOS ESTRECHADAS
en un recuadro en grande para simbolizar que en la UNIÓN está la fuerza de todo
PROGRESO y BIENESTAR.
Dicen que el Vaticano tiene el cuerpo más famoso y eficaz de
diplomáticos. Por algo será.
Jesucristo escogió la muerte en CRUZ , porque al tener
extendidas las manos una a la derecha y otra a la izquierda, SIMBOLIZABA que
quería morir para SALVARLOS a todos UNIÉNDOLOS en su CORAZÓN, de donde únicamente
puede surgir, por el AMOR, la unión de voluntades, fuente de PAZ Y FELICIDAD.
Aunque Jesucristo pronunció desde la cruz las siguientes
siete palabras:
“Tengo sed”
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
“Padre,
¿Por qué me has abandonado?
“Madre,
ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu madre”
“Hoy
mismo estarás conmigo en el Paraíso”, le prometió al buen ladrón que aceptó el
castigo, merecido por sus pecados.
“Consummatum
est”
“En
TUS manos encomiendo mi espíritu”
Hoy
día, en su OCTAVA y última pala diría lo
siguiente, aun a sabiendas que muy pocos la escucharían.
Los que se declaren SEGUIDORES míos, que no
sean COBARDES y lo manifiesten públicamente más con los HECHOS que con PALABRAS
y que al mirarme en la cruz, SEPAN que no serán mejor TRATADOS.
.
A
los que no CREAN en mí y me ODIEN, les preguntaría qué mal les he hecho y por
qué ME TEMEN, si estoy clavado en la cruz.
Yo no puedo ni debo INTERVENIR en su MUNDO,
ellos son los responsables.
Mi MUNDO está más arriba en donde espero a todos
para acomodarlos en el SITIO que les CORRESPONDA..
.
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