Todos sabemos que las raíces de cualquier árbol o arbusto, cuanto más profundas e INVISIBLES sean, dan más corpulencia y longevidad
Dios que es lo más Invisible y PROFUNDO en lo ALTO, no puede
dejar de ser lo más importante en nuestras vidas.
Una
sociedad será verdaderamente progresista, civilizada y competitiva cuando los
principio éticos, morales y religiosos de sus gobernantes y gobernados sean
profundos y ENRAIZADOS en Dios.
Todas
las ideologías, pueblos y regímenes que
han querido vivir sin contar con Dios,
han tenido un progreso ficticio y caduco
porque no han sabido o querido echar RAÍCES en el trabajo y sacrificio
para crear riqueza y sólo han hecho lo
más fácil que es repartirla y no siempre con equidad.
El
que va por el mundo sin familia, sin pueblo y sin casi identidad, se le suele
llamar individuo sin RAÍCES y es de poco fiar.
Hoy
día se está destruyendo la sociedad porque se están secando las RAÍCES
FAMILIARES con tantas separaciones, divorcios, abortos y laicismo.
Los
hijos nacen enraizados tan superficialmente que ante cualquier ventolera se
vuelven irascibles e insoportables. Son arbolitos con las raíces secas
Todo el que quiera vivir solamente de
las raíces terrenales, que son tan superficiales y palpables, que fácilmente se
secan, no podrá ser feliz por mucho tiempo.
Un
pueblo que quiera vivir de sus
raíces culturales y costumbres
escondidas solamente en el terruño y
luchen por separarse de los demás pueblos, difícilmente prosperarán.
Si
los que constituyen la UNIÓN EUROPEA
no aceptan las RAÍCES y sus principios CRISTIANOS, no conseguirán una UNIÓN
fuerte y duradera.
No
en vano la judía Edith Stein, hoy Santa Teresa Benedicta de la Cruz , dijo: La RAZÓN nos DIVIDE, la FE nos UNE
A
un árbol no se le pueden tocar sus RAÍCES si queremos que viva muchos años.
Una sociedad civilizada y progresista puede
cambiar de muchas cosas: pero si quiere permanecer, que no toque sus RAÍCES si
están enterradas en los PRINCIPIOS CRISTIANOS
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