lunes, 18 de abril de 2016

¿QUÉ HACER CON LAS PREOCUPACIONES?

     

         Ojala hubiera unos contenedores donde pudiéramos arrojar las muchas preocupaciones, que yo llamo cruces fantasmas, que se acuestan y se levantan con nosotros todos los días y nos vemos impotentes para resolver y que pesan más que las cruces reales como son el trabajar o  buscar un empleo tan deseado y, a veces, tan odiado.

         Aunque Dios nos castigo con el trabajo de tener que sudar para comer, también fue una recompensa al darnos una ocupación impuesta o libre.

         ¿Cómo sería nuestra vida sin ninguna ocupación?

         No tener ninguna ocupación es tan perjudicial como la preocupación.

         No necesitamos de ningún contenedor para arrojar nuestras cruces fantasmas.

Jhon Milton, poeta y escritor inglés que sabía del poder de la mente, de la vida interior, y que si uno tiene Fe y Esperanza, no debe dejarse arrastrar por el infortunio ni por las preocupaciones.

También decía: “La mente tiene su lugar propio, según lo que haya en nuestro interior, podemos hacer del infierno un cielo, y del cielo un infierno.

El profesor y filósofo norteamericano, profesor de Harvard decía:

“La mejor cura para la preocupación es la FE religiosa”

Lo único que nos puede dar cierta tranquilidad, esperando que se solucionen tales problemas, es confiar plenamente en la Divina Providencia; teniendo en cuenta aquello de que “ A Dios rogando y con el mazo dando”.

Este Dios rogando, no quiere decir que estemos todo el día rezando en la iglesia, sino que cuando nos sintamos agobiados, entremos dentro de nosotros, que es donde está Dios, pidiendo con insistencia su ayuda sobre todo LE digamos:

PROTÉGEME  Dios mío, que me REFUGIO en TÍ

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