Ojala hubiera unos contenedores donde pudiéramos arrojar las
muchas preocupaciones, que yo llamo cruces fantasmas, que se acuestan y se
levantan con nosotros todos los días y nos vemos impotentes para resolver y
que pesan más que las cruces reales como son el trabajar o buscar un empleo tan deseado y, a veces, tan
odiado.
Aunque Dios nos castigo con el trabajo de tener que sudar
para comer, también fue una recompensa al darnos una ocupación impuesta o libre.
¿Cómo sería nuestra vida sin ninguna ocupación?
No tener ninguna ocupación es tan perjudicial como la preocupación.
No necesitamos de ningún contenedor para arrojar nuestras
cruces fantasmas.
Jhon
Milton, poeta y escritor inglés que sabía del poder de la mente, de la vida
interior, y que si uno tiene Fe y Esperanza, no debe dejarse arrastrar por el
infortunio ni por las preocupaciones.
También
decía: “La mente tiene su lugar propio, según lo que haya en nuestro interior,
podemos hacer del infierno un cielo, y del cielo un infierno.
El
profesor y filósofo norteamericano, profesor de Harvard decía:
“La
mejor cura para la preocupación es la
FE religiosa”
Lo
único que nos puede dar cierta tranquilidad, esperando que se solucionen tales
problemas, es confiar plenamente en la Divina Providencia ;
teniendo en cuenta aquello de que “ A Dios rogando y con el mazo dando”.
Este
Dios rogando, no quiere decir que estemos todo el día rezando en la iglesia,
sino que cuando nos sintamos agobiados, entremos dentro de nosotros, que es
donde está Dios, pidiendo con insistencia su ayuda sobre todo LE digamos:
PROTÉGEME Dios mío, que me REFUGIO en TÍ
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