miércoles, 3 de agosto de 2016

¿QUIÉNES SE SALVARÁN?


             Veamos como esta pregunta ya se la hizo el Rey David, a Yavé  y que aunque fue adúltero, Dios dijo que tenía un corazón semejante al suyo.

         Yavé, ¿Quién es el que puede ser huésped de tu tabernáculo?
         ¿Quién podrá residir en tu monte santo?

         El que anda en integridad y obra la justicia
         El que en su corazón habla la verdad
        
El que con su lengua no detrae.
El que no hace mal a su compañero,
Ni a su prójimo infiere injuria

 El que menosprecia con sus ojos al réprobo;
Pero honra a los temerosos de Dios.

El que no da a usura su dinero.
Y no admite cohecho para condenar al inocente. 

Cuando Jesús caminaba hacia Jerusalén, le salió uno al paso y le preguntó:

¿Señor, ¿Son pocos los que se salven?

Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, respondió Jesús, porque os digo que muchos serán los que  busquen entrar y no podrán.

Recordemos cuando el joven rico le preguntó a Jesús qué obra buena tendría que realizar para conseguir la vida eterna y le dijo que guardara los mandamientos a lo que el joven dijo que eso lo cumplía desde pequeño y preguntó: ¿Que me queda?.

Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende cuanto tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos, y ven y sígueme,

Al oír esto el joven, se fue triste, porque tenía muchos bienes.

¡Qué difícilmente entra un rico en el reino de los cielos! Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que entre un rico en el reino de los cielos, dijo Jesús.

Los discípulos se quedaron estupefactos y dijeron:

¿Quién, pues, podrá salvarse?

Para los hombres, imposible, más para Dios todo es posible, les respondió Jesús
        
         ¿Quién no ha pensado alguna vez, si se salvaría o se condenaría, sabiendo que para los hombres es imposible pero no para Dios

         Porque podríamos pensar que no sería justo que, habiendo sido buenas personas, tuviéramos que convivir eternamente con esos monstruos de la humanidad, a los que nosotros mismos decimos: Si no hubiera infierno, habría que crearlo para ellos.


         Por eso Jesús dice que para Dios todo es posible, puesto que es JUSTO y también MISERICORDIOSO y a cada uno dará SU MERECIDO. 

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