viernes, 30 de septiembre de 2016

EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHAS MORADAS

           Si Jesucristo que es Dios, le dijo a sus discípulos que en la casa de su Padre había muchas moradas.

          Y San Pablo dijo: Se de un hombre que fue arrebatado hasta el TERCER cielo, fue arrebatado al paraíso y OYÓ palabras inefables que el hombre no puede decir (2ª Corintios,12-2)

          Y Cuando Juan Pablo II estaba moribundo y todos hacían lo posible por mantenerlo vivo, dijo: “Dejadme ir a la CASA del Padre” y ya está en el Cielo,puesto que ya es Beato porque ha hecho un milgro,  queda de manifiesto que el Cielo EXISTE y que no todos iremos a la misma Morada.

          Pero mientas estemos aquí abajo, lo importante no será saber cómo será esa Casa del Padre y en qué morada viviremos, sino cómo llegar a ella.

          Aunque Machado dijo que no existe el camino, que el camino se hace al andar,¡¡ vaya si existe el camino!!, lo que sucede es que dado lo aventureros, arriesgados, soberbios  que somos, nos metemos o nos meten por unos caminos tan nuevos, inexplorados y apetitosos que nos encontramos, cuando menos, en unos callejones sin salida o nos despeñamos.

Algunos dirán que por qué Dios permite que se descarríen algunos gobiernos, pueblos, e individuos, como si no le interesara que todo el mundo camine por lo trillado.

Dios, que conoce lo cabezotas, desobedientes, presumidos, infantiles y lo proclives que somos a elegir caminos desconocidos, o propuestos por lo que se llaman progresistas e indocumentados, y que sólo rectificamos cuando escarmentamos en cabeza ajena, nos deja correr la vida, esperándonos a la vuelta del camino para que no tengamos más remedio que escuchar lo que dijo Jesucristo.

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo diría porque voy a prepararos el lugar.

Cuando yo me vaya y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré y os tomaré conmigo, para que donde yo estoy estéis también vosotros. Pues para donde yo voy, vosotros conocéis el camino.

Díjole Tomás: No sabemos a donde vas; ¿Cómo podemos saber el camino? Jesús le dijo:

YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.

Nadie viene al Padre sino por mí. Si me habéis conocido, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora le conocéis y le habéis visto. 

Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús les dijo: Felipe, ¿Tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no me habéis conocido?

El que me ha visto a mí, ha visto al Padre, ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?

        Las palabras que yo os hablo, no las hablo de mí mismo, el Padre que mora en mí, hace sus obras.
       
       Creedme, que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; a lo menos creedLO por la obras”(Jn. 14).

      Puede que exista la posibilidad de que haya otros caminos más tortuosos, inseguros y difíciles para llegar a Dios; pero lo que queda categóricamente declarado por las palabras de Jesucristo es, que solamente por ÉL y su doctrina interpretada por su Iglesia, podremos llegar con más facilidad y seguridad al PADRE.  

No hay comentarios: