martes, 4 de octubre de 2016

¿POR QUÉ LOS DIEZ MANDAMIENTOS CERTIFICAN LA EXISTENCIA DE DIOS?


          Resumiendo lo que se cuenta en el Éxodo capítulo 3, Moisés en el monte Horeb vio que una zarza ardía sin consumirse y al acercarse, oyó una voz que le dijo: yo soy el Dios de tus padres. SOY EL QUE SOY y le ordenó que sacara al pueblo de Israel de la opresión de los egipcios, cosa que consiguió cruzando a pie el mar rojo.
           
           Durante los 40 años que anduvieron los israelitas en el desierto con sus muchas peripecias, en el capítulo 24 del Éxodo, se cuenta lo siguiente:
          
           Dijo Yavé a Moisés: “Sube a mí hacia el monte y estate allí. Te daré unas tablas de piedra, la ley y los mandamientos que he escrito para su instrucción”
          
            Subió Moisés a la montaña y la nube le cubrió quedando allí cuarenta días y cuarenta noches.
         
            El pueblo viendo que Moisés tardaba en bajar de la montaña, se reunión en torno de Arón y le dijo: Anda, haznos un dios que vaya delante de nosotros y se fabricaron el célebre Becerro de Oro de oro.
        
            Yavé dijo entonces a Moisés: Ve, baja, que tu pueblo que has sacado de la tierra de Egipto ha prevaricado.
        
            Cuando Moisés estuvo cerca del campamento, vio el becerro y las danzas, y encendido en cólera, tiró las tablas y las rompió al pie de la montaña. Tomó el becerro que habían hecho y lo quemó.
       
            Aunque más tarde Yavé dijo a Moisés: “Haz dos tablas de piedra como las primeras y escribe en ellas lo que tenían las primeras que rompiste”
       
            Los Diez Mandamientos certifican que Dios existe por todo lo que ordenó y Moisés Realizó y dejó escrito hace siglos y lo escrito, escrito queda y que habría que creer, como aceptamos y creemos todo lo que dejaron escrito los Sabios de Grecia y otros tantos antepasados.
       
             A nadie en su sano juicio  podría  decir y sostener que los 10 Mandamientos, se los inventó y dejó escrito Moisés.
       
             Pero es que además, todos nacemos con  esas tablas impresas en lo más íntimo y profundo de nuestro ser y con la libertad para cumplirlas o rechazarlas.
       
             Por eso Moisés las rompió al ver el becerro de oro, que es lo que muchos hacen, aun sabiendo que no deberían
          
             Si analizamos los Mandamiento uno  a uno, tendremos que reconocer el daño que nos hace o hacemos a los demás cuando no se cumplen, aunque Dios ni Moisés no lo hubieran dejado escritos y encima en tablas de piedra para que supiéramos, que los Mandamientos son el principio y fundamento de toda nuestras vidas,  como es la primera piedra y cimientos de cualquier edificio importante.  

                

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