¿POR QUÉ LA VIRTUD DA MÁS PLACER QUE EL PECADO?

          Porque la VIRTUD, como cosa de Dios, CONSTRUYE.

          

          El PECADO, como cosa de Satanás, DESTRUYE.

           

Y porque  el PECADO, siempre lleva su PENITENCIA

           

Esta Trilogía Existencial  es  Ley Divina incuestionable por la tozuda realidad, como podremos comprobar por algunas de las muchas situaciones inevitables.

           

Cuando practicamos la VIRTUD,  cosa difícil y que cuesta sacrificio, porque CONSTRUYE, nos dará siempre, no un PLACER  fugaz, sino  uno ETERNO e insospechado, cosa que pocas veces pensamos, creemos y practicamos.

           

En esta perra vida, las tentaciones para pecar, están al orden del día, y cuando caemos en ellas, nos DESTRUIMOS.cosa muy fácil de hacer y difícil de salir de los ESCOMBROS.

           

¿Qué tal vivirá el que por un enamoramiento fugaz muy placentero, comete adulterio, rompiendo la felicidad familiar?

           

Quien haya sido injustamente tratado y teniendo la posibilidad de vengarse, no lo hace, sino que al practicar la virtud  de perdonar, como ha CONSTRUIDO algo divino, se sentirá acogido por un sentimiento placentero y desconocido.  

         ¿De cuantos malos ratos y discusiones inútiles nos evitaríamos, cuando en la convivencia social y familiar, en lugar de criticar o corregir, nos callamos y decimos: "A lo hecho pecho"?

           

¿Quién no ha sentido más amargura y miedo que placer, cuando después de haber  pecado, teme las posible consecuencias tan temidas y con razón?

           

Y si ha calumniado, mentido o perjudicado a un inocente, destruyendo su vida sin posibilidades de reconstruir. ¿Podrá vivir tranquilo si ese inocente toma represalias?

           

Queda bien claro que el quebrantar cualquier Mandamiento por  placer, o por debilidad, no compensa por las amarguras  inherentes.

           

Por eso los  que hayan  y estén practicado la VIRTUD en lo grande y en lo pequeño, con  sacrificios; pero por amor a Dios y a los demás, habrán sido y lo son, los más felices en este mundo y ahora estarán disfrutando y disfrutarán  de unos PLACERES insospechados, continuos y ETERNOS, junto a Dios.

 Es Ley de VIDA ETERNA; pero hay que TENER MUCHA FE, para ponerla en práctica en cada momento, aunque cueste.