viernes, 6 de enero de 2017

¿POR QUÉ LA SERPIENTE ENGAÑÓ A EVA Y NO LO HIZO CON ADÁN?

 ¿Por qué Dios prohibió  comer del árbol DE LA CIENCIA DEL B IEN Y DEL MAL?,  hacia la siguiente pregunta: ¿Por qué Satanás  engaño a Eva y no lo hizo con Adán.

Satanás que es muy listo y astuto, tenía la seguridad de que si Adán se dejaba engañar,  no conseguiría que Eva mordiera la manzana sin rechistar.

Porque en los matrimonios es muy frecuente que lo que pretende hacer el marido, sea motivo de discusión, y casi siempre gana la mujer, y en este caso, Satanás estaba seguro que Eva no estaría de acuerdo que Adán se hubiera dejado engañar sin contar con ella en un asunto tan importante como era la desobediencia a Dios.
         
         Porque la mujer es más respetuosa con Dios ya que siempre hay más mujeres que hombres en la Iglesia y más Madre creyentes que educan a sus hijos religiosamente con Padres no creyentes y viven en armonía.
         
          Y por lo que veremos leyendo lo que nos dice el Génesis en el final de su capítulo segundo y principios del tercero, Adán, como buen caballero y como hombre que por complacer a su dama, hace locuras, mordió la manzana sin decir ni mus.
          
        “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se adherirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una SOLA CARNE..
      
          Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, sin avergonzarse de ello.
    
         Pero la serpiente, la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Yavé Dios, dijo a la mujer:

          ¿Conque os ha mandado Dios que no comáis de todos los árboles del paraíso?
          
           Y respondió la mujer a la serpiente: Del fruto de los árboles del paraíso, comemos; pero del fruto del que está en medio del paraíso nos ha dicho Dios: “No comáis de él, ni siquiera lo toquéis, no vayáis a morir”
         
           Y dijo la serpiente a la mujer: “No, no moriréis, es que sabe Dios que el día que de comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del  bien y del mal”
        
          Vio la  mujer que el árbol era bueno para comerse, hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él la sabiduría, y tomó de su fruto y comió, y dio también de él a su marido, que también con ella comió.
      
         De todo lo que sucedió después, solo voy a relatar cuando Yavé Dios llamó al hombre diciendo: ¿Dónde estás? Y este contestó:

         Te he oído en el jardín, y temeroso porque estaba desnudo, me escondí.
         
       ¿Y quién te ha hecho saber que estaba desnudo?  ¿Es que has comido del árbol que te prohibí comer?
    
        La mujer que me diste por compañera me dio de él y comí.

        Yavé Dios dijo a la mujer: ¿Por qué has hecho eso?
        
        La serpiente me engañó y comí.
    
       ¿Por qué nunca tenemos la sinceridad y la humildad de reconocer nuestros pecados y errores, sino que siempre  echamos la culpa a otros?
       
                ¡¡Genio y figura hasta la sepultura!!

            

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