lunes, 13 de febrero de 2017

¿POR QUÉ EN DIOS SOMOS, VIVIMOS Y NOS MOVEMOS?


            Porque San Pablo que no conoció  personalmente a Jesucristo, pero lo OYÓ camino de Damasco, intentó, como veremos, dar a conocer la existencia de la Santísima Trinidad según se cuenta en el capítulo 17 de los Hechos de los Apóstoles

           “Atenienses, veo que sois  sobremanera religiosos, porque al pasar y contemplar los objetos de vuestro culto he hallado un altar en el cual está escrito: “Al Dios Desconocido”.

            Pues ese que siendo desconocido, veneráis es el que yo os anuncio.

            “El Dios ese, siendo Señor del Cielo y de la tierra, siendo EL mismo quien da a todos la VIDA , el aliento y todas las cosas. El hizo de uno todo el linaje humano, para que  busquen a Dios y aunque sea a tientas le hallen, que no está lejos de cada uno de nosotros porque en:

            En  "EL Vivimos, nos Movemos y Existimos" Como algunos de vuestros  poetas han dicho: “Somos linaje suyo”

            Siendo, pues LINAJE DE DIOS, no debemos pensar que la divinidad es semejante al oro, o a la plata, o la piedra, obra del arte y del pensamiento humano.

            DIOS disimulando  los tiempos de ignorancia, intima ahora a que los hombres se arrepientan, por cuanto tiene fijado el día que juzgará la tierra habitada con justicia por medio de un  HOMBRE  a quien ha destinado, acreditándole  ante todos por su RESURRECCIÓN”  

            En todo esto queda demostrado que si SOMOS o EXISTIMOS es porque el Dios Padre nos ha creado y si VIVIMOS, o sea nos comportamos como Dios manda, es gracia a que JESUCRISTO, al resucitar ha demostrado ser Dios y por lo tanto su enseñanza es divina.

           Hasta aquí ha querido dar a conocer la existencia del Dios Padre, que nos dado la EXISTENCIA, o sea el SOMOS.

          Y la de JESUCRISTO a quién deberíamos imitar, o sea VIVIR. al Resucitar había demostrado ser DIOS.

          Del ESPÍRITU SANTO,o sea el MOVERNOS con cuyas manifestaciones han sido tan invisibles como un VIENTO impetuoso que  todo lo MUEVE o una lengua de FUEGO que ilumina o una PALOMA símbolo de paz, no dijo nada, porque cuando oyeron Resucitar, se largaron los Atenienses diciéndole:

           "Otro día te escucharemos" como, por desgracia,  hacemos cuando se trata de Dios.

             Gracias a que un tal Dionisio  Areopagita, una mujer de nombre Damaris y otros más, se convirtieron en la Antorcha, no Olímpica, sino la del Evangelio y ahora podamos estar bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, participando de un linaje DIVINO, como intuyeron poetas griegos.
  

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