miércoles, 5 de abril de 2017

EL CRECED y MULTIPLICAOS. ¿Es una Obligación o un Derecho?


           No es ni un Derecho ni una Obligación, de lo que hoy, tanto se habla se polemiza, se manipula y para algunos el defender nuestros Derechos y no nuestras Obligaciones, se convierte en su banderín de enganche para conseguir votos y situarse.

            Este Mandato de Dios es el el gran Privilegio, el gran Don y el Derecho, sin imposiciones para que nos pongamos a la altura de  Poder Creativo de Dios

          ¿Somos conscientes de que podremos llegar a tan alta dignidad?

           Bien es verdad que ese DON es un caramelo, a veces, envenenado por nuestra saliva emponzoñada y por la basura de materialismo que nos tragamos.

           Porque, aunque para poder engendrar nuevas vidas, Dios también nos ha dotado de la energía sexual o erótica, que lo mismo es tan sublime, deseable, apetitosa, como humillante, ridícula, aborrecible, despreciable o canalla.

           Esa energía sexual la tenemos enjaulada y un tanto dormida pero cuando se despierta o nos la despiertan y nos la fomentan, se enfurece, rompe los barrotes y nos lanza a la promiscuidad erótica, dando zarpazos y mordiscos a las infidelidades, al adulterio o ahogando al recién nacido.

        ¿Se puede convertir ese DON de Dios, para muchos,  en un Derecho de ir contra Dios y contra sus leyes que lo regulan y dirige?

           A Dios, nadie le podrá acusar de que en el engendrar lleva latente una obligación de cuidar y amar lo que se haya engendrado.

           Para eso Dios, que es muy sabio, nos ha inoculado oculto ese sentimiento de amor loco por ese nuevo ser porque es carne y sangre nuestra
         
           Por lo tanto cuando procreamos, adquirimos el único DERECHO de propiedad que ni Dios nos lo puede quitar y la OBLIGACIÓN ineludible de amar y cuidar a los hijos, educándolos en el SANTO TEMOR DE DIOS.

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