miércoles, 7 de junio de 2017

¿QUIÉNES SON EN ,LA TIERRA DIOSES Y DEMONIOS?


            Aunque todos sabemos que Dios es “UNO en Esencia y TRINO en Persona” y que está en el  Cielo.

            Aquí en la tierra, como somos hijos de Dios y creados tan imagen y semejanza suya, que cuando somos padres nos convertimos en Dioses.

            Porque cuando procreamos con Dios y tenemos hijos, actuamos como Dios hace con nosotros, seamos buenos o malos.

            Unos buenos padres engendran hijos, que aunque no hayan sido deseados, cuando nacen, los aman siempre con locura.

            Trabajan lo indecible para que no les falte nada.

            Se sacrifican sin protagonismo ni quejas.

            Les aconsejan con enorme cariño, y aunque, a veces  tos tengan que castigar, jamás lo hacen por venganza, siempre es para su bien.

           Nunca los odian ni dejan de quererlos por muy mal que se comporten.

            Siempre los perdonan y siguen con los brazos abiertos esperando que vuelva el hijo rebelde.

            Ese amor entrañable, profundo, sin protagonismos, que sienten por sus hijos y, a veces, a cambio de ingratitudes filiales, sólo es comparable con el amor que Dios nos tiene a todos.

            Sin embargo los malos hijos jamás reconocen  y agradecen a los padres todo cuanto han hecho por ellos.

            No se preocupan de los padres,  ni los quieren como  ellos han sido queridos y protegidos.
  
          Se avergüenzan de sus padres y hasta le echan en cara que los hayan  traído a este mundo.

            No siguen sus sabios consejos, no les obedecen y  nunca aprecian el buen ejemplo que les dan con sus vidas ordenadas, sacrificadas  productivas, porque quieren vivir a lo loco, que se vive mejor: pero que a los padres  les crean  sufrimientos y tragedias.

            Sólo saben pedir y exigir; pero muy poco dar.

            Están deseando quitárselos de en medio
            
            Recuerden estos tales hijos que algún día serán padres.
            
            Todo esto y mucho más es lo que hace Dios, nuestro buen Padre con  nosotros y lo mal que, a veces, nos portamos con ÉL.

            Por desgracia, surgen  quienes por soberbia, por ambición o por envidia, afirmando que Dios no existe se proclama dioses, creando unos paraísos  infernales.

            Todo esto demuestra, una vez más, que  existe Dios, puesto que nosotros actuamos como ÉL: “De tal palo, tal astilla” y cuando alguna astilla se convierte en tizón, es porque  Satanás también existe. 

No hay comentarios: