Porque tenemos un punto de partida al nacer desnudos y el otro al morir también desnudos.
Y cuando esté llegando al final del
recorrido zigzagueante como el rayo, se
dará cuenta, que física y mentalmente se sentirá como al
principio.
De niño y de viejo se anda
titubeante, inseguro, torpe, con miedo a caerse y esperando una mano amiga, se
come casi a la trágala, duerme todo
el día como un bebe, o insomne como un bebe rebelde.
De niño todo se CREE todo se ESPERA, ama y se siente amado,
aprende y lo guarda en su memoria.
El viejo , puede que no aprenda nada
nuevo, olvide lo sabido, o tenga tan
buena memoria que esté deseando contar sus batallitas, pero sobre todo
si ha amado a DIOS y a los DEMÁS, se
sentirá amado por Dios y por sus seres queridos.
Y como siempre ha CREÍDO, ha
ESPERADO en DIOS, como cuando era niño, por haber cumplido al pie de la letra
lo que Jesucristo dijo:
“Si no os hacéis como niños, no
entraréis en el Reino de Los Cielos”
Entonces terminará ese círculo zigzagueante para empezar, en la intimidad, con DIOS otra vida completamente recta hacia el infinito para conocer todos los misterios DIVINOS y CÓSMICOS en sus millones de galaxias, soles, planetas y estrellas. y ería como empezar unas vacaciones permanentes.
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