miércoles, 6 de septiembre de 2017

¿CÓMO SABEMOS QUE DIOS ESTÁ CON NOSOTROS?

            
              Ya el Profeta Isaías así lo profetizó:
             
             "He aquí que una virgen concebirá y parirá un hijo, y se le pondrá por nombre EMMANUEL que quiere decir DIOS CON NOSOTROS

             Y Jesucristo dijo: Yo ESTARÉ con vosotros TODOS los días, hasta la consumación de los siglos.

             Todo esto lo CREEMOS muchos; pero ¿Cuántos los VIVIMOS?
           
            Bien es  verdad que el CREER o desear, al HACER o actuar falta mucho por ANDAR

           Cuando recibamos a Jesucristo en la Eucaristía, demostraremos, sin pretenderlo, que a Jesús lo tenemos dentro; pero después ¿Qué?

            Ese Qué es lo más importante porque el día tiene muchas horas vacías, aburridas, problemáticas y hasta olvidadas de Dios y por lo tanto de un tiempo perdido y el tiempo es oro.

            Sepamos que ese ESTAR que promete Jesús, significa presencia FÍSICA  no sólo en la EUCARISTÍA sino que también CAMINA a nuestro lado, siempre que así lo PENSEMOS.

            Cuando Jesús se puso al lado de los discípulos de Emaús que iban hablando de ÉL no lo PENSABAN  ni lo conocieron hasta que se dio a conocer al partir el pan y desapareció físicamente porque ya estaba dentro de ellos como cuando comulgamos

            Se cuenta del jesuita Padre Rubio, hoy San José María Rubio, que al subir un día al tranvía des Chamartín al centro de Madrid, pidió DOS billetes, con el asombro del tranviario al ver solo al Padre Rubio.

            ¿Qué nos cuenta PENSAR durante el día que Jesús está a nuestro lado y conversar con ÉL?

            Yo humilde puedo decir que cuando PIENSO que Jesús está a mi lado y al cerrar los ojos, me lo imagino y hablo con ÉL, o me abrazo, cuando tengo algún problema y le digo Señor TÚ lo sabes todo, me siento tranquilo y feliz.

          ¿Qué poco pensamos que Jesucristo está deseando ESTAR ya aquí en la tierra con cada uno, porque cuando estemos en el  Cielo y ETERNAMENTE (cosa que olvidamos) al ser muchos, no podremos tratarlo de TÚ a tú.

          Por eso el día  que podamos decir como San Pablo:

         Mí VIVIR es Cristo. (ahora)

         Vivo yo, ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí (YA)

         Ese día descubriremos un no sé qué desconocido.

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