lunes, 13 de noviembre de 2017

¿Por qué Dios nos pide que le AMEMOS y nos AMASEMOS?

         
         Porque la CONVIVENCIA es Ley Divina y humana.

         Pero ya que la Convivencia supone vivir como si fuéramos una MASA de distintas harinas y en este mundo nadie da una puntada sin hilo, habrá que saber buscar la mejor PUNTADA y con el mejor HILO o harina para que la convivencia sea la mejor.

¿Qué se consigue en esas largas, ficticias, interesadas y presumidas conversaciones y trato  con los amigos y, o compañeros de trabajo?

 Casi siempre mutuas críticas, codazos,  zancadillas o íntimas y peligrosas relaciones.

         ¿Qué se adelanta con disputar de política, de economía y de tantas cosas en las que no se pinta nada?

 Pérdida de tiempo, impotencia, indignación y cabreo.

Queda de manifiesto que el AMARSE y AMASARSE si no se cosen con los hilos de la TOLERANCIA, HONRADEZ y mutuos SACRIFICIOS no se conseguirá el amarse y amasarse

         La necesaria convivencia cívica se hace tan difícil, complicada y, o enfrentada porque no sabemos ni queremos que Dios intervenga en ese AMARSE en la DIVERSIDAD.  

A los hombres los tenemos hasta en la sopa; pero ¿A Dios? a veces ni se sabe, ignorando que está DENTRO de nosotros; pero, a veces, ese trato con los demás es tan acuciante y externo que impide dar el trato que se merece el tan “INSIGNE HUÉSPED del alma.

¿Cuántas veces, al día, PENSAMOS que Dios EXISTE y que es más REAL que el SOL que nos ilumina?

Sólo ese fugaz y esporádico PENSAMIENTO nos pondrán en condiciones de CONVIVIR con los demás en PAZ y en compañía de DIOS. 
  

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