Maximiliano Kolbe fue un religioso
Franciscano polaco, dedicado al periodismo católico, que fue arrestado por la
Gestapo en 1.941 y se ofreció para morir,
a sus 47 años, en lugar de un compatriota polaco, casado y padre de familia,
que había sido condenado al búnker del hambre.
¿Qué diríamos de ese padre de familia si no sintiera agradecimiento de por
vida, o no se hubiera interesado por conocer algo de la vida del Padre Kolbe y
nunca más volvió a tenerlo en su pensamiento?
Cualquier persona razonable, lo
mínimo que podría haber pensado y dicho: Ese tal padre es un ingrato que no
merece disfrutar de la vida regalada a tan alto precio.
Pues todos sabemos y deberíamos
recordar que Jesucristo le dijo a
Nicodemo:
“Sic enim
Deus dilexit mundum, ut Filium suum unigenitum daret. Tanto amó Dios al mundo que le dio su
unigénito Hijo, para que todo el que crea en
EL no perezca, sino que tenga la vida ETERNA
Pues Dios no ha enviado a su Hijo al
mundo para que juzgue al mundo, sino para
que el mundo sea salvo por EL.
El que cree en EL no es juzgado, el
que no cree, ya está juzgado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo
de Dios.
Y el juicio consiste en que vino la
luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus
obras eran malas.
Porque todo el que obra el mal,
aborrece la luz, y no viene a la luz, porque sus obras no sean reprendidas.
Pero el que obra la verdad viene a
la luz para que sus obras sean
manifestadas, pues están hechas en Dios”
Luego deberíamos SABER, RECORDAR y
ser CONSCIENTEDE de que si Jesucristo dio su VIDA en la CRUZ fue precisamente
para darnos LA VIDA ETERNA.
Por lo tanto los que no quieran
saber nada de Jesucristo o hasta le odien, no merecen ni la vida ETERNA, ni la
TERRENA porque son unos DESAGRADECIDOS, y la INGRATITUD no tiene perdón.
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