Dios no puede temer NADA de nosostros porque para eso es Dios; pero como también es PADRE, siempre está temeroso del daño que nos podemos hacer a nosotros, sus hijos predilectos.
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Dios teme, como cualquier padre, que
siempre está temeroso de que sus hijos rebeldes y desobedientes, al hacer
alguna trastada, se perjudiquen ellos gravemente.
Dios siempre ha estado temeroso y
lo está de que le montemos un circo en
donde seamos devorados por las fieras domadas,
por los que nos gobiernen.
En el capítulo once del Génesis se cuenta lo siguiente:
Era la tierra toda de una sola lengua y de unas mismas
palabras. En su marcha desde Oriente hallaron una llanura en la tierra del
Señor, y se establecieron allí. Dijéronse unos a otros:
“Vamos a edificar una ciudad y una torre, cuya cúspide
toque los cielos, y nos hagamos famosos, por si tenemos que dividirnos por la
faz de la tierra”
Bajó Yavé a ver la ciudad y la torre que estaban
haciendo los hijos de los hombres y se dijo:
“He aquí un pueblo uno, pues tienen una lengua sola. Se han propuesto, y nada les
impedirá llevarlo a cabo. Bajemos pues, y confundamos su lengua de modo que no
se entiendan unos a otros”.
Dios temiendo que con esta trastada descomunal
inaccesible e infructuosa les condujera a un fracaso total, confundió su lengua
y se tuvieron que dispersar
¿Qué podría hacer Dios con los que ahora quieren un sóla LENGUA para convertirse en PROPIETARIOS siendo unos INQUILINOS de unas tierras que es de todos y que ellos mismos no saben ni se ponen de acuerdo en el cómo hacerlo?
Abrirle los ojos para que viendo sus Utopías, reconociendo todos sus errores, y siendo sinceros e inteligentes, dejen de asomarse al precipicio y vuelvan a la base que es donde está el pueblo sensato y soberano, que por desgracia, siempre paga los platos que rompe algunos ambiciosos.
La historia ha demostrado y siguen demostrando que los hombres sólo saben unirse para realizar grandes obras, que aunque con apariencias de buenas, casi siempre han sido destructivas.
¿Qué podría hacer Dios con los que ahora quieren un sóla LENGUA para convertirse en PROPIETARIOS siendo unos INQUILINOS de unas tierras que es de todos y que ellos mismos no saben ni se ponen de acuerdo en el cómo hacerlo?
Abrirle los ojos para que viendo sus Utopías, reconociendo todos sus errores, y siendo sinceros e inteligentes, dejen de asomarse al precipicio y vuelvan a la base que es donde está el pueblo sensato y soberano, que por desgracia, siempre paga los platos que rompe algunos ambiciosos.
La historia ha demostrado y siguen demostrando que los hombres sólo saben unirse para realizar grandes obras, que aunque con apariencias de buenas, casi siempre han sido destructivas.
Recuérdense las persecuciones y martirios en tiempo de
los Césares en Roma. Los Holocaustos Nazis,
los Gulag Soviéticos, las atrocidades de todos los Imperialismos, las Dictaduras
y las incongruencias de algunas Democracias, que con buenas apariencias no
miran el bien común, sino el partidismos y hacen de dioses confundiendo y
dividiendo a los pueblos
. Para todos estos sólo existe un vocablo:
DESTRUCCIÓN. Con apariencias de Cambio y PROGRESO.
En vista de que no somos capaces de unirnos para hacer
el bien, Dios decidió bajar a la tierra para estar con nosotros; pero no como
Dios OMNIPOTENTE, que lo es y muchos no aceptan.
Se
presentó como POBRE NIÑO INDEFENSO para que al menos, movidos por la compasión
y el amor (Lo único que a veces nos une) en estos días Navideños, nos olvidemos de nuestras rencillas y antagonismos
ideológicos, que por otra parte no nos dan de comer y le pidamos al Niño Jesús,
a la Virgen y
a San José que nos echen una mano y nos saquen de esta crisis, porque por lo
visto, aquí sólo importa no matar a los toros; pero sí a los inocentes y quitar los crucifijos que son el símbolo del SACRIFICIO y el AMOR que son con los que únicamente podremos
crear riqueza y PROGRESO.
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