viernes, 2 de marzo de 2018

¿CUÁLES SON LOS TRES MINUTOS ELEGIBLES Y EL DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO?



            En nuestra corta o larga vida tenemos millones de minutos en los que hemos  vividos momentos buenos o malos y no todos recordables.

            El que más o el  que menos, podrá recordar que en su vida, se han dado tres minutos que yo llamaría de Oro,  porque le habrán marcado, para bien o para mal.

            Al entrar en la juventud se nos presentan en los que podremos programar el futuro de nuestra  vida

            De momento estudiar una carrera y opositar

            O meterse en política con mayúscula o para situarse

            O Vivir de Dios para darlo a conocer, o con Dios, encerrado en un Monasterio, Pobre, Casto y Obediente.

           O tener que buscar y conseguir, cuanto antes, cualquier trabajo.

            Pero en esa edad con un futuro tan amplio, muy pocos dedican ni un minuto en el que se enfrentarán con la muerte que sería el minuto de obligado cumplimiento.

            Metidos de lleno y abrumados por las múltiples responsabilidades, sociales, familiares, políticas y de supervivencia, apenas se tienenten minutos de descanso y mucho menos en el de obligado cumplimiento a no ser que al vivir una perra vida, se piense en ese minuto de obligado cumplimiento, como única solución.

            Una vez embarcado en la Jubilación, buena o mala y con mucho tiempo para navegar, habrá llegado el momento de pensar, aunque sólo sea un minuto, que la muerte, más pronto que tarde, será la solución de todo con la consiguiente incertidumbre de desembarcar en una isla afortunada o desafortunada.

            Cosa que podríamos elegir si en la Tercera Edad, somos como niños, y dijo  Jesucristo, que deberíamos ser.

            Ya que así como el niño tiene en potencia, en medio de sus debilidades corporales, un mundo de posibilidades.

           Porque todo lo CREE, todo lo ESPERA, AMA y se deja AMAR.

            Nosotros, viejos porque ya no servimos para nada; pero que  en potencia tendremos  ya cerca  una vida ETERNAMENTE FELIZ

            Si  CREEMOS, ESPERAMOS y AMAMOS a DIOS como niños,

           Entraremos, como tales, en el Reino de los Cielos.

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