viernes, 6 de marzo de 2009

¿QUÉ ES LA VIDA?

La vida es un diamante en bruto que nos regala Dios y que cuando tiene la suerte de ser depositado en el seno de una mujer muy maternal y es recibido con ilusión, alegría y cariño, puede convertirse en un solitario de muchos kilates.

Si otra mujer por una mal llamada ideología progresista, manipulada políticamente y acogiéndose al derecho de la libertad, haciendo caso omiso de que el primer derecho es el de la vida, arroja a la basura el diamante, se priva de que, a lo mejor, lo que ha despreciado hubiera podido ser una “Joya de la Corona”.

Hasta que ese diamante no tenga vida propia, estará expuesto a múltiples eventualidades, unas le ayudarán a pulirse, otras les incrementarán las impurezas, como pueden ser una incorrecta educación humana o religiosa, porque en lugar de enseñarle trabajo, esfuerzo, sacrificio y dominio de si mismo, le darán toda clase de caprichos materiales y sentimentales.

Cuando tenga uso de razón y voluntad propia, deberá mirar hacia atrás y corregir las desviaciones que haya tenido que soportar. Siempre hay tiempo de cambiar de camino. Jamás decir: Así me han educado.

Lo primero que tiene que hacer es ponerse en manos de Dios que es el mejor tallador y pulidor.

Deberá saber y querer rodease de inteligentes y buenas personas, estar muy atento a las manipulaciones, envidias y tentaciones que le impedirán librarse de las impurezas para conseguir terminar siendo un brillante que deslumbre a los demás y al final de su vida se pueda presentar ante Dios como un diamantino.

A veces, ese diamante puede que sea rechazado al mostrar ciertas aristas difíciles de tallar; pero en el fondo es una joya valiosísima, porque cuando sea aceptado con cariño, conseguirá que otras muchas personas con su roce vayan limando esquinas y consigan convertirse en otras piedras preciosísimas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Justo esta mañana pensaba que Dios nos trata como diamantes, a cada uno su propia talla. Es ese pensamiento el que hizo que como memorándum lleve un anillo con un brillante superminúsculo. sin embrago lo olvido con frecuencia. Su artículo me trae una nueva faceta que no había visto ni considerado.

Si todas las mamás fueran capaces de ver así a ese hijo que lleva en sus entrañas o todos viéramos como joyas a los demás, qué fácil sería hacer una extrapolación: mayore, menores, pulidos o sin pulir, en al joya de la corona o para cortar y pulir otro...

Mil gracias.

Roque Pérez dijo...

Estimada Toñi: Me satisfacen sus acertados comentarios a mi artículo. Veo que la semilla cae en buena tierra. Gracias y que Dios la bendiga