domingo, 16 de agosto de 2009

¿CÓMO SE ENCUENTRA A DIOS?

Con motivo de que hoy es la festividad de San Roque, tocayo y protector mío y como siempre lo he considerado como el peregrino que siempre anduvo buscando a Dios, le voy a dedicar algo que le gustaría:

Caminante, caminando
por calles y por campos.
Busco a Dios
y no lo hallo.
Tropiezo con las piedras del camino,
con el peatón
me voy dando codazos.
La lluvia
me moja de nostalgia.
El sol
me da esperanza.
La luna
ilumina mis noches negras.
El árbol
me da su sombra.
La flor
despierta mis primaveras.
El llanto del niño
me deprime.
La injusticia del poderoso
me subleva.
El dolor me angustia.
El placer me embriaga.
A todos hago mi pregunta,
me miran... y como si nada.
Clavan sus silencios allá,
muy allá en el fondo del alma.
Gota a gota van formando una imagen,
que debe ser la de Dios,
porque
ni la siento,
ni la intuyo,
ni la veo.
Sólo sé que allí
ha quedado un hueco,
por donde debo seguir buscando
y esperando encontrarme a Dios de cara.
En mi mano,
Encerrada llevo la vida
para cuando encuentre a Dios
regalársela.
La vida me sobra,
porque me rebosa la esperanza.
No me regañes, Señor,
si en mi puño
tengo tu vida encerrada;
me da miedo que me domine
por eso aquí la tengo apretada.
Si me das una vida más larga,
aquí tienes mi mano,
ábrela con cuidado,
dentro hay una flor muy extraña,
si la riegas mucho,
sus hojas me aplastan,
si no la riegas,
sus raíces me devoran las entrañas.
No sé qué hacer con ella,
tanto miedo me da retenerla,
como tirarla.
Ponla, Señor, en tus manos.
Trázame Tú el camino
y lo seguiré
por valles, mares y montañas.
No hay vida más limpia
que la del caminante
que caminando
Te anda siempre buscando.

2 comentarios:

Luis Alberto dijo...

Felicitaciones por su Santo, Amigo Roque y por tan bello poema, tan elevado como el significado de su nombre. Soy todavía, Ay! de los que piensan que los santos que nos precedieron en el nombre son nuestros protectores.¡Cosas de viejo!Por eso me gustan los nombres cristianos y no tanto exotismo ateo que se transforma en una condena al necesario sobrenombre. Lo sigo.

Roque Pérez dijo...

Muchas gracias, amigo Luis Alberto por su cariñosa felicitación. La esperaba y no me ha defraudado.Un abrazo.