sábado, 8 de agosto de 2009

LA FE ES EL GRAN IMÁN

Isaac Newton, famoso matemático, físico, astrónomo inglés, quien estableció la ley de la gravitación universal, escuchó que sus alumnos discutían sobre la resurrección. Sabían que Newton era hombre creyente.

-Maestro, cuando una persona muere, el cuerpo se convierte en polvo. Si hay realmente una resurrección. ¿Quién recogerá esos millones de átomos de polvo para revestir a las almas?

-Coge un saco de arena y vacíalo sobre la mesa de mármol, y luego pesa cien gramos de polvo de hierro y mézclalos con la arena, le ordenó Newton.

¿Podrías devolverme los cien gramos de polvo de hierro? Al no contestar.

Descuelga de la pared el imán grande. Luego pásalo por encima de la arena.

El alumno pasó el imán y recogió los cien gramos del polvo de hierro.

En el Cosmos existe la atracción universal y cada planeta o estrella tiene su propia atracción material.

En lo social existe una teoría avalada por muchos escritores, psicólogos, médicos e intelectuales que en un libro titulado “El Secreto” quieren demostrar que cuando se piensa en positivo, se consigue lo que se desea y que en negativo atrae el mal.

¿Puede haber algo más positivo y que nos pueda atraer más bienes, que tener FE? Con ella siempre esperamos algo bueno y actuará como un gran imán.

Es muy difícil esperar en positivo y tener fe, cuando todo se ve muy negro; pero ¿Qué se adelanta con meterse en la tormenta sin luchar por salir de ella? Es como el que se está ahogando y no lucha nadando.

Recordemos los siguientes pasajes evangélicos entre muchos.

Una mujer que padecía flujo de sangre durante muchos años, creyó y se curó con sólo tocar el manto de Jesús y por eso le dijo Jesús: Mujer tu FE te ha curado.

La hija de Jairo fue curada sin estar presente Jesús, sólo por la FE que tuvo su padre, al pedirle a Jesús la curación de su hija.

Una mujer Cananea, aun siendo humillada por Jesús, cuando le dijo que no era bueno arrojar a los perros, el pan de los hijos, y ante la humilde respuesta de que los perros también comían de las migajas que caían de la mesa de los señores. Jesús le dijo:¡Oh mujer, grande es tu FE! Hágase contigo como tú quieres.

2 comentarios:

Luis Alberto dijo...

Como siempre, amigo Roque, sus aportes son un canto a la vida. Me gustó mucho la figura de la tormenta: breve, certera y elocuente. Lo sigo con afecto.Un abrazo.

Roque Pérez dijo...

Gracias, amigo Luis Alberto por sus complacientes comentarios. Un abrazo