sábado, 15 de agosto de 2009

LA MADRE DE DIOS VIVIÓ DE LA FE

La Santísima Virgen tuvo que VIVIR de la FE, que es muy superior a TENER FE, que ella la tuvo, puesto si la fe es creer en algo que no se ve, ella estaba viendo los prodigios que Dios estaba realizando.

Creer en la existencia de Dios es cosa relativamente fácil, basta con reflexionar sobre las maravillas que nos rodean.

Nadie en su sano juicio podrá negar la existencia de un relojero, ante la perfección y exactitud de un reloj.

La Santísima Virgen empezó a tener fe cuando sus padres se la enseñaron.

Empezó a VIVIR de ella, cuando sabiendo que llevaba en sus entrañas al Hijo de Dios, lo tuvo que ver nacer en un pesebre.

¿Para cuándo los grandes palacios y el cariño de un Dios Padre?

¿Por qué tuvo que salir, a media noche, huyendo de Herodes? ¿Es que Dios no pudo aniquilarlo?

Volvió de Egipto a Nazaret viendo que su hijo permaneció oculto durante 30 años, como hijo de un carpintero.

¿Qué madre acepta resignadamente que su hijo siga ignorado durante tantos años, sabiendo quien era?

Tuvo que andar angustiada durante tres días buscando a Jesús y aceptó humildemente, no una excusa, sino una respuesta un tanto ofensiva para San José.

Si tenía que ocuparse en las cosas de su Padre. ¿Por qué no se manifestaba públicamente en toda su grandeza?

Se entera que su hijo se ha rodeado de unos pobres pescadores y no sabios. ¿Y con esa compañía piensa cambiar el mundo y redimirlo?

Se le parte el corazón al ver que su Hijo es ignominiosamente condenado a muerte en cruz y ella impotente no puede hacer nada. ¿Dónde estaba Dios su Padre?.

Su Hijo ha resucitado glorioso; pero sus seguidores son martirizados y su Iglesia perseguida. ¿Dónde está el poder de Dios?

El poder de Dios no es tan efímero y prepotente como el de los hombres.

Queramos o no, todos terminaremos en las manos de Dios y por toda la eternidad. ¡Esto sí que es poder!

Por todo esto, los evangelistas dejaron escrito que: “Todas estas cosas las meditaba María en su corazón”

¿Meditamos y aceptamos, como la Stma. Virgen cuando a nuestra fe se nos presentan reveses en la vida?

Esto sería VIVIR de la FE, tenerla no es suficiente, porque ante cualquier adversidad. Se duda o se pierde.

No hay comentarios: