viernes, 9 de abril de 2010

UN Santo TRISTE es un Triste SANTO

Si hay alguien en este mundo que pueda estar siempre alegre es el SANTO, porque la alegría verdadera es algo tan profundo e íntimo que es casi divino.

El que luche por tener siempre FE y CONFIANZA en Dios, en medio del torbellino de dudas y contratiempos, que le atormenten, conseguirá algo de tranquilidad y alegría verdadera que no siempre se consigue aun teniendo dinero, salud y placeres.

Todas estas cosas son el ropaje; pero que, pueden llegar a servir de tan poco, que alguien termine como Cristina Onasis que antes de suicidarse dijo: Soy tan pobre que sólo tengo dinero.

La alegría es como un fuego interior, que aunque carezca de esos ropajes, que también los puede tener, lo mantiene a uno alegre, o al menos tranquilo y despreocupado, que no es poco, porque toda su preocupación la tiene puesta en Dios, sin que deje de ocuparse de lo más importante, como es llevar una vida como Dios manda, teniendo la conciencia tranquila.

Sueles decirse: “El que la hace la paga” y si alguno ha hecho algo por error o en un mal momento y está atormentado, puede conseguir algo de tranquilidad, si pone su confianza en que Dios le perdonará, y le echará una mano para resolver los problemas reales o temidos, que a veces, son los más angustiantes.

No hay nada mejor para vivir SIEMPRE tranquilo, como el tener conciencia de que JESUCRISTO camina a NUESTRO LADO. Y no con la Cruz a cuestas, sino RESUCITADO y poderoso como DIOS.

“Gaudete, iterum, dico, gaudete” Alegraos, de nuevo, os digo, alegraos en el Señor, como decía San Pablo.

¿Quién puede caminar más seguro y ALEGRE si sabe que lleva de acompañante nada menos que a DIOS?

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