miércoles, 19 de mayo de 2010

DIOS Y LAS RAÍCES

Todos sabemos que las raíces de cualquier árbol o arbusto, cuanto más profundas e INVISIBLES sean, dan más corpulencia, longevidad y que cuando se las deja al aire, se secan.

Dios que es lo más Invisible y PROFUNDO en lo ALTO, no puede dejar de ser, queramos o no, lo más importante en nuestras vidas.

Una sociedad será verdaderamente progresista, civilizada y competitiva cuando los principios éticos, morales y religiosos de sus gobernantes y gobernados sean profundos y ENRAIZADOS en Dios.

Todas las ideologías, pueblos y regímenes que han querido vivir sin contar con Dios, han tenido un progreso ficticio y caduco porque no han sabido o querido echar RAÍCES en el trabajo y sacrificio para crear riqueza y sólo han hecho lo más fácil que es repartirla y no siempre con equidad.

El que va por el mundo sin familia, sin pueblo y sin casi identidad, se le suele llamar individuo sin RAÍCES y es de poco fiar.

Hoy día se está destruyendo la sociedad porque se están secando las RAÍCES FAMILIARES con tantas separaciones, divorcios, abortos y laicismo.

Los hijos nacen enraizados tan superficialmente que ante cualquier ventolera se vuelven irascibles e insoportables. Son arbolitos con las raíces secas.

Todo el que quiera vivir solamente de las raíces terrenales, que son tan superficiales y palpables, que fácilmente se secan, no podrá ser feliz por mucho tiempo.

Un pueblo que quiera vivir de sus raíces culturales y costumbres escondidas solamente en el terruño y luchen por separarse de los demás pueblos, difícilmente prosperarán.

Si los que constituyen la UNION EUROPEA no aceptan las RAÍCES y sus principios CRISTIANOS, no conseguirán una UNIÓN fuerte y duradera.

A un árbol no se le pueden tocar sus RAÍCES si queremos que viva muchos años.

Una sociedad civilizada y progresista puede cambiar de muchas cosas: pero si quiere permanecer, que no toque sus RAÍCES si están enterradas en los PRINCIPIOS CRISTIANDOS.

La Iglesia católica lleva más de dos mil años de permanencia, luchando contra viento y marea, gracias a que nunca ha permitido que le sequen sus RAÍCES DIVINAS, porque Jesucristo dijo “Que ni las puertas del mal podrían contra ella”.

4 comentarios:

Francisco Espada dijo...

No deje de seguir comentado la Palabra cada día, D. Roque: uno viene a ser como una planta que necesita riego diario. ¡Ánimo, le esperamos!

Roque Pérez dijo...

Gracias por los ánimos que me da para seguir publicando.

berta dijo...

Cuanta sabiduria en sus comentarios y que hermosamente lo ha relacionado con las raices de los maravillosos arboles, es verdad, el que no tiene raices es poco de fiar, Dios nos ampare siempre para que nuestras raices cristianas permanezcan hasta que El vuelva.Bendiciones

Roque Pérez dijo...

Muchas gracias, estimada Berta por sus cariñosos elogios y por seguir visitándome.