NI DIOS NI EL DINERO, DUERMEN

Dios, a pesar de todo su PODER no podría pegar ojo, aunque quisiera, porque el griterío de los pecadores, el llanto de los pobres y oprimidos, las blasfemias y las carcajadas de los corruptos y opresores, lo tendrían en continua vela.

Alguna CABEZADA podría dar, al llegarle el olor a incienso de los que han sido quemados aquí en la tierra porque LE han amado y LE han seguido.

También tiene que estar muy DESPIERTO para salir con los brazos abiertos a recibir a todos los hijos obedientes y amantes que suben de la tierra.

El dinero que intrínsicamente no vale nada porque es puro papel y que no alimenta, no puede estar DORMIDO, y bien despierto y al loro, porque, desaparecido el trueque, es con lo que únicamente se pueden adquirir alimentos y crear riqueza.

Que nadie tenga miedo de que su DINERO quede DORMIDO, si lo ha depositado en un banco o en cualquier otro negocio; porque inmediatamente se moverá para crear riqueza; pero que nunca lo deposite donde ofrezcan “DUROS A PESETA.”

Existe una cantidad enorme de dinero que está tan dormido que más bien, diría MUERTO. Al que llamamos NEGRO por la similitud con el LUTO.

El dinero que se dedique para la ESPECULACIÓN, no estará ni dormido ni despierto, sino soñando esperar dar el golpe certero que tardará en darse, y por lo tanto improductivo.

El Economista que llegara a descubrir la fórmula de acabar con los Paraísos Fiscales, la Especulación y se pudiera convertir el NEGRO en BLANCO, sin que la Hacienda Pública y el declarante perdieran y que con ello se pudiera crear más riqueza, más empleo y rebajar el déficit a Cero, seguro que ganaría el premio Nobel de Economía.

Los humanos, por suerte o desgracia, tenemos que estar DORMIDOS una tercera parte de nuestra vida y es porque Dios quiere que el sueño sea como una intuición de lo que podrá ser la otra vida, que aunque sea ETERNA, no será aburrida. ¿Estamos aburridos durante el sueño?

Si el sueño ha sido placentero, puede que sea como una sombra de lo que será la GLORIA y si ha sido una angustiosa pesadilla, la del INIERNO.