jueves, 8 de septiembre de 2011

Vivimos DOS gestaciones y UN alumbramiento

En nuestra única MADRE se está gestando, durante nueve meses, nuestro maravilloso, minucioso, completo, complicadísimo y misterioso organismo sin nuestro CONSENTIMIENTO ni cooperación.

Al nacer nos acoge nuestra madre la TIERRA en donde seguiremos GESTANDO, nuestra vida y personalidad durante tres etapas, siendo cada uno el único artífice y responsable de que esa gestación sea la adecuada para que se al final de lo TEMPORAL se vea una LUZ ETERNA.

En la primera etapa, que es la Infancia, apenas participamos porque vivimos una gestación pasiva.

En la segunda, al acumularse en la Juventud y Madurez toda clase de fortunas e infortunios, subidas y bajadas externas y sobre todo internas y que es donde se gestará el auténtico ser humano, habrá que vivirla con auténtica responsabilidad aceptando y cuidando la VIDA que aunque sea el DON más preciado que DIOS y nuestros PADRES nos dieron sin nuestro CONSENTIMIENTO, no nos concede el DERECHO de que no la quitemos o permitamos que no la quiten porque Dios sigue siendo el DUEÑO absoluto.

Aquí no se puede cumplir aquello de “Santa Rita, Rita lo que se da no se quita”. Sólo Dios que nos ha DADO la vida TEMPORAL es el único que nos la puede quitar para darnos la ETERNA.

En la TERCERA EDAD, ya sin retorno, con el tiempo que apremia, habrá que corregir pasados errores y conseguir el bagaje adecuado para el último viaje.

“Dios que te CREÓ sin ti, no puede SALVARTE sin ti”. (San Agustín)

¿Por qué Dios no puede SALVARNOS sin nuestro consentimiento?

Porque ni Dios puede OBLIGARNOS a que participemos ETERNAMENTE de su ESENCIA que es el AMOR si nosotros no le hemos AMADO durante nuestra gestación terrenal.

Sólo puede darse el AMOR entre Dios y nosotros, cuando es RECÍPROCO.

No hay comentarios: