sábado, 19 de noviembre de 2011

Escrita UNA VERDAD da VERACIDAD a todo lo escrito.

Aunque Jesucristo no dejó escrita ni una sola palabra, los cuatro evangelistas: San Juan y San Mateo vieron y oyeron todo cuanto hizo y predicó porque siempre estuvieron a su lado. San Marcos escribió lo que San Pedro le contó y San Lucas lo de San Pablo.

Hay quien se ha atrevido sin fundamento a decir que lo que se cuenta en los Evangelios está manipulado y que no cuentan la verdad.

Si leemos los Evangelios con detenimiento y sin prejuicios comprobaremos que escritas ciertas VERDADES con toda su crudeza y realidad dan VERACIDAD a todo lo demás escrito.

¿Por qué escribieron con pelos y señales todo lo acontecido en el nacimiento del Niño Jesús y su huida a Egipto? ¡¡Vaya comienzo del nada menos que el del Hijo de Dios!!

¿Por qué de su vida oculta sólo cuentan la pérdida de Jesús con doce años y encontrado en el Templo? Se lo deberían haber callado porque ni Jesús ni sus padres salen bien parados.

¿Por qué sabemos que Jesucristo fue tentado tres veces por el mismísimo Satanás? ¡¡Vaya poder que iba a tener!!

“El Padre, aparta de mi este cáliz” que pronunció Jesucristo angustiado en el Huerto de los Olivos, demuestra la debilidad un tanto rebelde del que luego diría que era Dios. Todo esto lo podrían haber omitido en beneficio de su Maestro.

Cuando la madre de los hijos del Zebedeo le pide a Jesús que siente a sus hijos uno a la derecha y el otro a su izquierda demuestra que si seguían a Jesús era porque creían en su poder terrenal. ¿En que situación tan mezquina quedaban?

Sólo, precisamente, una mujer, la de Pilato defendió a Jesús cuando dijo que era inocente. ¿Dónde estaban sus discípulos? Sólo San Juan lo vivió todo y San Pedro aparece y para negarlo tres veces habiendo sido advertido.

Camino del Calvario sólo le ayudo el Cirineo y casi a la fuerza. Aquí podrían haber dicho una mentirilla diciendo que había sido alguno de ellos.

Jesús desde la cruz GRITO, ¿Eloi, Eloi, lamma sabacthani? y en arameo, para más detalles. ¿Dónde quedaba la tan predicada Divinidad?

Cuando Resucita a quien PRIMERO se aparece no es a sus discípulos, sino a las mujeres. Sólo cambiando los tiempos, San Pedro y San Juan saldrían ganando.

Si contaron todas estas VERDADES y otras muchas en las que los que las dejaron escritas no salen bien parados, convendría que creyéramos y fuéramos consecuentes con cuanto está escrito en los Evangelios.

“El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, ESTÁ EN MI Y YO EN ÉL.”

No le tembló el pulso a San Juan al dejar escrito lo que oyó directamente de la boca de Jesucristo y oyendo a los judíos decir: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”

El que CREA sin vacilar en estas palabras y acepte con todas sus consecuencias que Jesucristo ESTÁ día y noche en la EUCARISTÍA esperando que le RECIBAMOS en la Sagrada Comunión, o al menos que le VISITEMOS todos los días, disfrutará de momentos muy felices.

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