viernes, 3 de abril de 2015

¿POR QUÉ JESUCRISTO MURIÓ ENTRE DOS LADRONES?

         Porque quiso demostrarnos que moría para SALVARNOS a todos, buenos y malos y el hecho de que fueran tres cruces, nos demostraría que sólo hay tres  ACTITUDES ante la muerte.

         Y porque ya que todos buenos y malos moriremos CRUCIFICADOS, que eso es la MUERTE; también  todos RESURIZAREMOS para bien o para mal y eternamente.

         Uno de los crucificados que estaba al lado de Jesús fue el ladrón que olvidándose de todos los males que había hecho, encima se BURLABA de Jesucristo y LE EXIGÍA que lo liberara.

         ¿Cuántos, por desgracia, morirán con esta ACTITUD inútil, triste, injusta e irracional ante la muerte inevitable?

         El otro crucificado, llamado el Buen Ladrón, ARREPENTIDO de sus delitos, reprendiendo a su compañero, reconociendo la inocencia de Jesús y creyendo en SU poder, LE suplicó:

        Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino, y oyó de la boca de Jesús lo que todos desearíamos percibir ante la muerte: HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO.

         Esta debería ser la única actitud humilde, creyente y razonable de todo el que quiera pasar de la MUERTE a la RESURRECCIÓN.

         En medio de estas dos ACTITUDES está la de Jesucristo, que siendo Dios y por lo tanto el Todopoderoso, se dejó crucificar tan ignominiosamente y encima perdonando a los que les crucificaban.

         Jesucristo  y todos los que por amor a ÉL,  le imitaron y dieron sus vidas por ÉL están hoy donde todos desearíamos estar tarde o temprano.
        

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