Porque aunque Jesucristo, que como Dios que es, está en
todas partes y prometió que estaría con
nosotros todos los días hasta la consumación de los siglos,
veremos en los siguientes pasajes evangélicos cómo deberíamos comportarnos para que LO SINTAMOS a nuestro lado
"María Magdalena se quedó junto al monumento fuera llorando.
Mientras lloraba se inclinó hacia el monumento y vio a dos ángeles vestidos de
blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies de donde había estado el
cuerpo de Jesús.que le dijeron: ¿Por qué lloras, mujer.? Ella les dijo: ¿Por qué
han tomado a mi Señor y no sé dónde le
han puesto?
Diciendo
esto se volvió para atrás y vio a Jesús que estaba allí; pero no conoció que
fuera Jesús.
Díjole
Jesús, ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella
creyendo que era el hortelano, le dijo:
Señor,
si le has llevado tú, dime dónde le has puesto, y yo le tomaré.
Díjole
Jesús ¡MARÍA!
Ella
volviéndose, le dijo en hebreo: RABBONI! Que quiere decir Maestro.
Jesús
le dijo: No me toques, porque aún no he subido al Padre; pero ve a mis hermanos
y diles:
Subo
a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios"
¿Por qué Jesús tardó en darse a conocer sabiendo que Magdalena había madrugado para perfumar su cuerpo por el amor puro y desinteresado que LE tenía,?
Porque quiso mantener un diálogo cariñoso y comprobar hasta dónde sería capaz de llegar para encontrar su cuerpo y así se produzco el ¡¡María!! y el ¡¡Rabboni!! tan cargado del mutuo amor, que tanto nos dice.
¿Por qué Jesús tardó en darse a conocer sabiendo que Magdalena había madrugado para perfumar su cuerpo por el amor puro y desinteresado que LE tenía,?
Porque quiso mantener un diálogo cariñoso y comprobar hasta dónde sería capaz de llegar para encontrar su cuerpo y así se produzco el ¡¡María!! y el ¡¡Rabboni!! tan cargado del mutuo amor, que tanto nos dice.
"El mismo día, dos de ellos iban a una aldea, que dista de
Jerusalén sesenta estadios, llamada Emaús y .
Mientras iban hablando y razonando, el mismo Jesús se les
acercó e iba con ellos; pero sus ojos no podían reconocerle, y les dijo:
¿Qué discursos son estos que vais haciendo entre vosotros
mientras camináis?.
Ellos se detuvieron entristecidos y tomando la palabra un o
de ellos por nombre Cleofás le dijo:
¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no conoce los
sucesos en ella ocurrido estos días?
El les dijo: ¿Cuáles?
Contestáronle: Lo de Jesús Nazareno, varón profeta, poderoso
en obras y palabras ante Dios y ante el pueblo; cómo le entregaron los príncipes
de los sacerdotes y nuestros magistrados para que fuese condenado a muerte y
crucificado
Nosotros
esperábamos que sería El quien rescataría a Israel; más con todo, van ya tres
días desde que esto ha sucedido.
Nos
dejaron estupefactos ciertas mujeres de las nuestras que, yendo de madrugada al
monumento no encontraron su cuerpo, y vinieron diciendo que habían tenido una
visión de ángeles que les dijeron que vivía. Algunos de los nuestros fueron al
monumento y hallaron las cosas como las mujeres decían; pero a EL no le vieron.
Y
EL les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo
lo que vaticinaron los profetas!
¿No
era preciso que el Mesías padeciese esto y entrase en su gloria?
Y
comenzando por Moisés y por todos los profetas, les fue declarando cuanto a EL
se refería en todas las Escrituras.
Se
acercaron a la aldea adonde iban, y EL fingió seguir adelante.
Obligáronle
diciéndole: Quédate con nosotros, pues el día ya declina. Y entró para quedarse
con ellos.
Puesto
con ellos a la mesa, tomó el PAN, lo bendijo, lo partió y se lo dio.
Se
les abrieron los ojos y le reconocieron, y desapareció de su presencia"
Jesús quiso saber de incógnito qué pensaban sus discípulos de todo lo acaecido y cómo reaccionarían y como lo deberíamos hacer nosotros cuando un desconocido nos relatara las Escrituras
Cuando la lectura de los Evangelios produzca en nosotros un
amor agradecido y desinteresado hacia Jesucristo como lo TUVIERON la Magdalena y
los de Emaús y como también lo SINTIÓ el Poeta Anónimo del siglo XVI. Entonces SENTIREMOS
que Jesús está a NUESTRO LADO.
Muéveme, en fin, TU amor, y de tal manera
que aunque no hubiera Cielo yo te amara
aunque no hubiera infierno te temiera.
No
me tienes que dar porque Te quiera,
pues,
aunque lo que espero no esperara,
lo
mismo que TE quiero Te quisiera.
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