jueves, 3 de noviembre de 2016

¿Por qué San Agustín dijo: NOS CREASTE PARA TÍ

                 
        Y NUESTRO CORAZÓN ESTÁ INQUIETO HASTA QUE DESCANSE EN TÍ?
   
           Porque sólo sabemos que hemos NACIDO de Dios y que volveremos a ÉL

            Todo lo demás sera una incógnita misteriosa.
      
       Porque si vuelves la mirada hacia atrás o hacia delante, siempre encontrarás desatinos y disparates.

 Si vives deprimido, te sentirás como el agua, siempre en torbellino.

 Si a tumba abierta te lanzas por las libertades, te enfangarás en libertinajes, la noche será tu morada; pero si te alimentas de lo que palpas, se te quemará el alma.

Si el camino del virtuoso emprendes, sentirás arideces de muerte. No obstante desclava tus ojos de esta vida y arrójalos en lejanía y descubrirás que tanto desatino, sólo en la esperanza de otra vida tendrá feliz remate.

        Nos quejamos que la vida sea tan compleja y misteriosa. Nos gustaría que fuese una línea recta iluminada siempre por un espléndido sol.

     Si esto sucediera, la vida moriría., lo complejo y misterioso engendra vida, lo sencillo y diáfano, produce monotonía y aburrimiento.

Nuestros deseos y apetencias deben caminar muy por delante de nuestras realidades. Una vida que  no espera ETERNIDAD, no es vida, es MUERTE ya.

        Tendrás que vivir de FE , porque los pies te sangrarán de pisar tanto las duras rocas, que por ser tan reales, se te clavarán como puñales.
  
         Y de ESPERANZA, aunque sólo sea por desviar tu mirada de la oscuridad y no tenerla que bajar ante tanta mirada que te ciega con la luz de sus mentiras.
     
       El AMOR de Dios es ciego, porque si viera, su amor se trocaría en odio al ver nuestros comportamientos; pero una cosa es hacerse el ciego para no ver nuestros defectos, como lo hace Dios con nosotros,

        Y otra cosa es ponerse ciego de ver tantos defectos en los demás para no amarlos o despreciarlos.

No se puede despreciar a nadie. Todos tienen algo bueno, propio y personal que cumple su función en el mundo.

Saber convivir en la variedad, sin perder la propia personalidad, es lo difícil.

          Dios ha hecho la tierra redonda  porque lo redondo es lo más perfecto.

     La individualidad, como cosa cerrada, debe ser redonda para adaptarse a la comunidad, para moverse, dejarse llevar, chocar sin lastimar, a no ser en el mismo grado en que uno se lastima.
     
     Toda nuestra vida es un gran círculo. al NACER partimos de un punto, y al MORIR, volvemos a él.

          Y que siempre DEBERÍA ser DIOS para descansar ETERNAMENTE.

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