lunes, 27 de febrero de 2017

¿POR QUÉ UN AMOR SIN SACRIFICIO NO ES AMOR?

    
            Porque Dios que esencialmente es AMOR y para demostrarnos y  creyéramos que nos AMA, SACRIFICÓ a Jesucristo su HIJO que es Dios, como bien claro se lo dijo a Nicodemo:

         "Dios amó tanto al mundo que le dió su unigénito HIJO, para que todo el que el CREA en Él, no perezca, sino que tenga la vida eterna"

          Jesucristo también dijo:"No hay mayor amor que el dar la vida por los amigos"

          Y"Amaos los unos a los otros, como yo os he amado"

          Aunque  con esto podría estar todo dicho sobre el Sacrificio y el Amor.

            Convendría seguir reflexionando para  tener clara ideas sobre el Amor y el Sacrificio.

            Decir “Hacer el amor”  cuando es  sólo placer, pasión, capricho con consecuencias criminales etc.etc. deberíamos saber que se  convierte en  algo  abyecto y despreciable.

            Pero cuando se hace el amor para engendrar una nueva vida, con todo el placer y sacrificio que lleva implícito por el cuidado de los hijos, se convierte en el acto de de AMOR más sublime.

            Los enamorados disfrutan por igual cuando uno se sacrifican  para demostrarle a su amada el amor que le tiene y ella lo valora, lo disfruta y lo agradece,

             Yo confieso que cuando Jesucristo me concede algo que LE estoy pidiendo, me alegra más el hecho de sentirme amado que por lo concedido.


         ¿Por qué los que quieren consagrarse al servicio de  Dios y de los demás hacen voto de Pobreza,  Castidad y Obediencia, cuando podían vivir ricamente, tener hijos y no estar sometido a nadie?

            Para demostrar el amor que sienten por Jesucristo, lo hace viviendo Pobre,  Casto y Obediente, como lo fue Jesucristo aun siendo Dios.

            Por eso los que sufren el martirio por el sólo hecho de decir que AMAN a Jesucristo son declarados SANTOS, porque  han demostrado tener el amor tan sublime como el que Dios nos tiene.

           Queda bien claro que para demostrar el verdadero y desinteresado amor a Dios, habrá que sacrificarse aceptando los contratiempos y sobre todo, en pequeñeces, como sería no querer tener siempre la razón, ser tolerante, no mentir, ni calumniar, no ser egoístas, en una palabra, algo que nos cueste, y si lo pensamos un poco, ganaremos en tranquilidad y plácida convivencia.

          Y si pudiéramos SENTIR Y DECIR lo del Poeta anónimo del siglo XV

                                 No me mueve, mi Dios, para quererte
                            el cielo que me tienes prometido
                            ni me mueve el infierno tan temido
                            para dejar por eso de quererte.

                                 Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
                            clavado en una cruz y escarnecido,
                            muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
                            muévenme  tus afrentas y tu muerte

                                 Muéveme, en fin tu amor, y de tal manera
                            que aunque no hubiera cielo yel  vero te amara
                            y aunque no hubiera infierno te temiera.

                                 No me tienes que dar porque te quiera, 
                           pues, aunque lo que espero no esperara,
                           lo  mismo que te quiero te quisiera.  


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