miércoles, 18 de abril de 2012

Las CRUCES Visibles, Invisibles y Fantasmas sin el CRUCIFICADO

        ¿Quién no ha sufrido, sufre o sufrirá una enfermedad una tragedia,  un día de penuria material y cargado de problemas insolubles, o sea un CRUZ insoportable?

         Hay cruces VISIBLES y palpables que  se podrían soportar y aliviar porque son corporales y curables con medicinas.

         Nadie en su sano juicio dejaría de tomar esas medicinas recetadas aun dolorosas y costosas si con ellas se libraría de tal cruz.

         Otras cruces son INVISIBLES como el sentirse angustiado, desabrido, descorazonado, desilusionado, abandonado y desesperado hasta el punto de desear la muerte, aun teniendo satisfechas todas las necesidades corporales, o sea otra CRUZ insoportable e INCURABLE porque ve que  nada ni nadie le podrá librar del MADERO, ignorando que CRISTO podría ser su CIRINEO aunque siga CRUCIFICADO.

         Para que JESUCRISTO  pueda ayudar como Cirineo a llevar todas esas INVISIBLES e ineludibles cruces, habría que CREER en ÉL y vivir de acuerdo con sus consejos que serían para el espíritu como los medicamentos para el cuerpo.

         “Venid a mi todos los que andáis angustiados con trabajos y cargas y yo os ALIVIARÉ” Teniendo en cuenta que no dijo: os QUITARÉ.
         “Mi yugo es suave y mi carga ligera.
         “Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón”.
“El que tenga sed que venga a mi y BEBA”.
         “El que me sigue no anda en tinieblas”.
         “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
“Sin mi NADA podéis hacer”.

Si queremos que Jesucristo sea nuestro CIRINEO, tendremos que caminar detrás de ÉL e intentar SENTIRLO caminando a nuestro lado, como lo hizo con los de Emaus, y sobre todo RECIBIRLO en la Eucaristía porque bien claro dijo:

El que come mi carne  y bebe mi sangre, MORA  en mí y yo en ÉL.

         Existen otras cruces FANTAMAS porque sólo viven en la IMAGINACIÓN, temiendo fundada o infundadamente POSIBLES CRUCES, de las que solamente se puede uno librar creyendo, rezando  y sobre todo CONFIANDO plenamente en la Divina Providencia y aceptando que esos TEMORES  que nos angustian, son el pequeño tributo que habría que pagar para que no se conviertan en RELIDAD si rezamos.

         La FE y la ESPERANZA son los únicos medicamentos, sin contraindicaciones ni efectos secundarios que podrían ayudar a SOBRELLEVAR hasta con cierta alegría todas esas CRUCES; pero por desgracia en los momentos más críticos y angustiantes no se toman.

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