jueves, 5 de abril de 2012

EL VIA CRUCIS de la MADRE de DIOS

La Santísima Virgen recorrió las 14 estaciones para con sus lágrimas y la sangre de su Hijo conseguir una mixtura que le diera valor a tantos mártires cruentos e incruentos que darían su vida por amor a Jesucristo y a Ella.

En la 1ª estación, Jesús es condenado a muerte por Pilato.
La sentencia de Pilato fue tan injusta que ahogó el grito en la garganta de su Madre pidiendo JUSTICIA.

En la 2ª estación, Jesucristo carga con la Cruz.
Lo que para su Hijo supuso cargar con los pecados de Todos, para la su Madre fue algo  insoportable no poder echarle una mano ni una caricia.

En la 3ª estación, Jesús cae por primera vez.
Los rodillazos de Jesús en las caídas le sonaron a su madre como un grito angustioso de su Hijo indefenso.

En la 4ª estación, Jesús se encuentra con su madre.
La Virgen saliendo de entre la multitud se plantó ante su Hijo y mirándose a los ojos, sin decir palabra y sin poderse abrazar, se animaron mutuamente a cumplir la voluntad del Padre.

En la 5ª estación. Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz.
¡¡Cómo le hubiera gustado ser ella y sólo ella la que llevara la cruz de su ya extenuado Hijo!!

En la 6ª Una mujer enjuga el rostro  de Jesús.
Cuando la Verónica vio estampado en su pañuelo de lino  el rostro sudoroso y ensangrentado de Cristo, buscó con la mirada a su madre para entregarle la tan valiosa reliquia que se sigue venerando en la Catedral de Jaén.

En la 7ª Jesús cae por segunda vez.
A la Madre ya sólo le queda mirar a su Hijo resignadamente.

En la 8ª Jesús consuela a las mujeres afligidas de Jerusalén.
Estas afligidas y consoladas  mujeres, buscaron llorosas y agradecidas a su madre para abrazarla y felicitarla por ser Madre de tal Hijo.

En la 9ª Jesús cae por tercera vez.
Su Madre tiene que  contener el deseo ardoroso  de salir y ayudar a su Hijo a levantarse para que por fin pudiera llegar al Gólgota y pronunciara el tan deseado y esperado “Consummatum est y así quedarían abiertas las puertas del Cielo para otros muchos y queridos hijos.

En la 10ª Jesús es despojado de sus vestiduras.
La Santísima Virgen al ver desnudo a su Hijo ante la chusma, sintió  vergüenza que si se lo hubieran hecho a ella.

En la 11ª Jesús es clavado en la Cruz.
El sonido de cada martillado clavando las manos y pies de su Hijo penetraban su corazón como espadas ígneas. 

En la 12ª Jesús muere en la Cruz
A la Madre CORREDENTORA le brotaron lágrimas de Dolor y Alegría porque al cumplirse la voluntad del Padre y  la muerte de un Hijo, salvarían sus vidas millones de otros hijos, también muy queridos.

En la 13ª Jesús es bajado de la cruz.
La Madre, por fin, tuvo en su regazo el cuerpo inerte de su Hijo sabiendo que a partir de ese momento nos acompañaría en recorrer nuestro ineludible Vía Crucis.

En la 14ª Jesús fue sepultado.
Cuando la piedra selló el sepulcro sintió una soledad gozosa porque sabía que el domingo LO volvería a ver ya glorificado.

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