En la 1ª estación,
Jesús es condenado a muerte por Pilato.
La sentencia de
Pilato fue tan injusta que ahogó el grito en la garganta de su Madre pidiendo
JUSTICIA.
En la 2ª estación,
Jesucristo carga con la Cruz.
Lo que para su Hijo
supuso cargar con los pecados de Todos, para la su Madre fue algo insoportable no poder echarle una mano ni una
caricia.
En la 3ª estación,
Jesús cae por primera vez.
Los rodillazos de
Jesús en las caídas le sonaron a su madre como un grito angustioso de su Hijo
indefenso.
En la 4ª estación,
Jesús se encuentra con su madre.
En la 5ª estación.
Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz.
¡¡Cómo le hubiera
gustado ser ella y sólo ella la que llevara la cruz de su ya extenuado Hijo!!
En la 6ª Una mujer
enjuga el rostro de Jesús.
Cuando la Verónica vio estampado en
su pañuelo de lino el rostro sudoroso y
ensangrentado de Cristo, buscó con la mirada a su madre para entregarle la tan
valiosa reliquia que se sigue venerando en la Catedral de Jaén.
En la 7ª Jesús cae
por segunda vez.
A la Madre ya sólo le queda mirar
a su Hijo resignadamente.
En la 8ª Jesús
consuela a las mujeres afligidas de Jerusalén.
Estas afligidas y
consoladas mujeres, buscaron llorosas y
agradecidas a su madre para abrazarla y felicitarla por ser Madre de tal Hijo.
En la 9ª Jesús cae
por tercera vez.
Su Madre tiene
que contener el deseo ardoroso de salir y ayudar a su Hijo a levantarse para
que por fin pudiera llegar al Gólgota y pronunciara el tan deseado y esperado
“Consummatum est y así quedarían abiertas las puertas del Cielo para otros
muchos y queridos hijos.
En la 10ª Jesús es
despojado de sus vestiduras.
En la 11ª Jesús es
clavado en la Cruz.
El sonido de cada
martillado clavando las manos y pies de su Hijo penetraban su corazón como
espadas ígneas.
En la 12ª Jesús muere
en la Cruz
A la Madre CORREDENTORA
le brotaron lágrimas de Dolor y Alegría porque al cumplirse la voluntad del
Padre y la muerte de un Hijo, salvarían
sus vidas millones de otros hijos, también muy queridos.
En la 13ª Jesús es bajado de la cruz.
En la 14ª Jesús fue
sepultado.
Cuando la piedra
selló el sepulcro sintió una soledad gozosa porque sabía que el domingo LO
volvería a ver ya glorificado.
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