Pues todo el que lo quiera hacer ya que
el criticar es lo que mejor se nos da, es lo más barato, vulgar, irresponsable
y a veces lo más dañino.
Como creo que nadie se atrevería a
CRITICAR a cualquier madre
Que únicamente deseara y manifestara
que todos hijos fueran buenos, honrados,
trabajadores, cariñosos, inteligentes religiosos
Que se llevaran
bien con los hermanos, que atendieran a sus padres, que no cayeran en la droga
ni en la promiscuidad sexual,
Que no quedaran
embarazadas y mucho menos que abortaran, que pudieran recibir una educación que
les ayudara a conseguir todas estas virtudes y que tuvieran la suerte de ser gobernados por personas
honradas, inteligentes, religiosas y que sobre todo lo hicieran para el bien común de todos.
¿Quién se atrevería a criticarla y no por lo de
utópico que tienen sus deseos, sino porque irían en contra de la política
deshumanizada y partidista de un gobierno que pondría en peligro a sus hijos
para conseguir algo de esa utopía que ella desea y tiene derecho a que se les
respete?
¿Quién tendría derecho a criticar a la Iglesia , que es la que
desea todas estas cosas para sus hijos, puesto que es madre de todos los creyentes y no creyentes?
Dada la libertad de
expresión, todo el mundo puede hacer críticas y si son constructivas, no
sólo puede, sino que debe.
Una crítica cuando es un insulto y una amenaza, como
las se están pronunciando en contra de la Iglesia : “Arderéis como en el 36” , tal expresión en como un enaltecimiento
del terrorismo.
A la
Iglesia o más bien a sus componentes, se les puede criticar
cuando sus comportamientos o trato con los demás no estén de acuerdo con lo que
la Iglesia
enseña y ellos predican.
El que no la quiera seguir, allá él; pero nunca le
dará derecho a critica y mucho menos
amenazar o intentar matar.
El hecho de que sea muy difícil conseguir lo
perfecto, no por eso, se debe santificar y dar por bueno, lo que
intrínsicamente es malo y perjudicial para el individuo y la sociedad.
Hay que reconocer que para un pastor es más cómodo y
fácil sentarse a la bartola y dejar que
el ganado se meta en sembrados donde no
debe, que estar pendiente y llevarlo controlado para bien del ganado y de los
campos.
Se debe aspirar siempre a lo perfecto y, al menos,
trabajar para ello, porque
inevitablemente vendrá el tío Paco con la rebaja.
Si nos predican
y nos gobiernan sin principios morales y religiosos y por lo tanto en la
mediocridad, acabaremos en lo rastrero.
Con esto no se llega a ninguna parte y nunca seremos
una nación próspera.
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