Así
pueden pensar y decir los que no son católicos y algunos no tan católicos
Queramos
o no y pongámonos como nos pongamos en nuestras vidas habrá siempre más
SACRIFICIOS que PLACERES aunque para unos más que para otros y no todos los
sacrificios y los placeres son iguales.
Hay
SACRIFICIOS muy rentables.
El
que se sacrifica estudiando, quemándose las cejas para conseguir un buen puesto de trabajo o
hace unas oposiciones, cuando lo consiga se sentirá muy feliz y gozará de un
placer muy merecido.
El
holgazán, perezoso, que sólo piensa en divertirse no podrá encontrar empleo
duradero y al final, al PARO o mendigar ¡¡vaya placer!!
Los
matrimonios que siendo fieles a las promesas hechas a Dios, se mantienen unidos
y fieles hasta la muerte, renunciando a sus egoísmos particulares, rechazando
por completo la posibilidad de ruptura, conseguirán una convivencia pacífica, duradera y feliz.
¡¡Eso si que es placer!!
Si
se sacrifican por los hijos y en cuyo hogar el que marca la pauta y sistema de
vida es DIOS, se sentirán ALIVIADOS (ayudados) para sobrellevar todas las
adversidades que serán muchas.
Porque
Jesucristo bien claro dijo “Venid a mí todos los que andéis cargados con
trabajos y cargas y yo os ALIVIARÉ” y esto sólo lo puede cumplir porque es
Dios.
Alguien
puede que pregunte: Y si es Dios que lo puede todo, ¿Por qué en lugar de
ALIVIARNOS, suprime los trabajos y cargas?
Porque
vivimos fuera del Paraíso y estamos condenados a comer el pan con el sudor de
nuestra frente.
Todos,
ricos y pobres NACEMOS y MORIMOS y nadie
se libra de cargar con las CRUCES toscas o pulidas; pero todas pesadas y
OBLIGADAS.
Para
el que no espere ALGO MÁS después de la muerte, tendrá que aguantar su PESO y
encima RABIANDO sin esperanza.
Pero
el católico que acepte esos sacrificios obligados e ineludibles con resignación sabiendo ponerse en manos de Jesucristo esperando su ayuda y hace sacrificios voluntarios con alegría por AMOR a JESUCRISTO que tanto HIZO por
nosotros, sentirá un placer desconocido.
San Doroteo, hombre de leyes, justo y honrado y que ejerció la primera magistratura en el Palacio del emperador romano Diocleciano, quien organizó la 10ª persecución (302-311), la más violenta de la nueve anteriores y en la que Doroteo, fiel al Evangelio de Jesús, sufrió martirio en Nicomedia, antigua capital de Bitinia, Asia Menor el 304 dejo escrito lo siguiente:
Los cristianos antiguos aceptaban con fe todas las cosas - ya fueran buena o malas - como venidas de la mano de Dios.
Quienes sabían aceptar la realidad, por dura, amarga e injusta que fuese, conservaban en su interior una gran PAZ
Además de disfrutar de gran quietud interior, aunque sufrieran todo tipo de adversidades, vivían en su mente, en su corazón, en su espíritu, ya aquí en la tierra, una vida de CIELO.
Es más preciosa la paz interior, una paz que nos ofrece Jesucristo, que todo lo que nos puedan ofrecer los grandes del mundo. Nos conviene MIRAR al CIELO prometido.
Así experimentaremos una mayor paz INTERIOR, más alegría y mucho más ANIMO"
San Doroteo, hombre de leyes, justo y honrado y que ejerció la primera magistratura en el Palacio del emperador romano Diocleciano, quien organizó la 10ª persecución (302-311), la más violenta de la nueve anteriores y en la que Doroteo, fiel al Evangelio de Jesús, sufrió martirio en Nicomedia, antigua capital de Bitinia, Asia Menor el 304 dejo escrito lo siguiente:
Los cristianos antiguos aceptaban con fe todas las cosas - ya fueran buena o malas - como venidas de la mano de Dios.
Quienes sabían aceptar la realidad, por dura, amarga e injusta que fuese, conservaban en su interior una gran PAZ
Además de disfrutar de gran quietud interior, aunque sufrieran todo tipo de adversidades, vivían en su mente, en su corazón, en su espíritu, ya aquí en la tierra, una vida de CIELO.
Es más preciosa la paz interior, una paz que nos ofrece Jesucristo, que todo lo que nos puedan ofrecer los grandes del mundo. Nos conviene MIRAR al CIELO prometido.
Así experimentaremos una mayor paz INTERIOR, más alegría y mucho más ANIMO"
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