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Al Dios Padre lo
podremos imaginar cómo un PADRE, puesto que así nos lo presentan las
iconografías.
Al Dios Hijo que ha tomado nuestra naturaleza, podremos
hasta imaginar que lo abrazamos como si fuera nuestro mejor amigo y cuando LO recibamos en la Eucaristía, será Él quien nos abraze
Al Espíritu Santo que ni siquiera no lo podemos imaginar porque se manifiesta como un viento impetuoso y por lo tanto invisible, es al que más podremos sentir dentro de nosotros día y noche porque es el "Dulce Huésped del alma" si así lo pensamos y somos conscientes de una realidad tan verdad como la propia respiración.
Al Espíritu Santo que ni siquiera no lo podemos imaginar porque se manifiesta como un viento impetuoso y por lo tanto invisible, es al que más podremos sentir dentro de nosotros día y noche porque es el "Dulce Huésped del alma" si así lo pensamos y somos conscientes de una realidad tan verdad como la propia respiración.
¿Se puede tener a Dios más cerca y con más intimidad?
Veamos
cómo el ESPÍRITU SANTO ha sido el
protagonista en los momentos más
cruciales de nuestra historia.
La
Santísima Virgen pudo ser Madre de Dios porque el ángel le dijo:
“El
Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su
sombra” Luego fue el AMOR personificado de Dios.
Cuando
el Niño Jesús fue presentado en el templo, el anciano Simeón lo reconoció
porque el Espíritu Santo le había revelado que no vería la muerte antes de ver
al Cristo del Señor porque sería luz para iluminación de las gentes y gloria
del pueblo de Israel,
Al
salir Jesús del agua del Jordán bautizado por Juan el Bautista, se abrieron los
cielos y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y venir sobre él,
mientras una voz del cielo decía: Éste es mi hijo amado, en quien tengo mis
complacencias.
El
día de Pentecostés, cuya festividad celebramos hoy, “Estando todos reunidos, se
produjo un ruido procedente del cielo, como el de un viento que sopla
impetuosamente, que invadió toda la casa en que residían. Aparecieron como
divididas lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos, quedando
todos llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en lenguas extrañas que todos entendían.
Jesús
el día de su Ascensión a los Cielos dijo:
“Me
ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra, ID pues, enseñad a todas
las gentes bautizándolas en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a observar cuanto yo os he mandado. YO ESTARÉ con vosotros TODOS los días hasta
la consumación de lo SIGLOS".
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