domingo, 4 de marzo de 2012

El que con Dios ANDA bién ACABA

Dime con quién ANDAS y te diré quién ERES.

El que sepa y quiera ANDAR siempre bajo la mirada de Dios, acabará siendo el más feliz ahora y sobre todo DESPUÉS.

Aunque creamos esto, somos tan rebeldes e independientes que preferimos caminar a nuestro antojo viviendo nuestras vidas.

Unas veces, mirando hacia atrás o hacia delante y siempre encontraremos desatinos o disparates.

Deprimidos, nos sentiremos como el agua, siempre en torbellino.

Y si a tumba abierta nos lanzamos por las libertades, nos enfangaremos en libertinajes, la noche será nuestra morada; y si sólo nos alimentamos de lo que se palpa, se nos quemará el alma.

Quien el camino del virtuoso emprenda, sentirá arideces de muerte; pero si desclava los ojos de esta vida y los arroja en lejanía, hacia ARRIBA descubrirá que: “Quien con Dios ANDA, BIEN ACABA.”

Ese ANDAR con Dios obliga a VIVIR de FE, porque si no, los pies sangrarán de pisar, tantos las duras rocas, que por ser tan reales, se clavarán como puñales.

Tendrá que vivir de sueños y esperanzas, aunque sólo sea para sacar su mirada de la oscuridad que le ciega la luz de tantas mentiras.

Que no se queje de que la vida sea tan compleja y misteriosa y ande deseando que sea una línea recta iluminada siempre por un espléndido sol, porque si esto sucediera, la vida moriría.

Paradójicamente, lo complejo y misterioso engendra vida, lo sencillo y diáfano, produce monotonía y aburrimiento.

Los deseos y apetencias deben caminar muy por delante de nuestras realidades.

Una vida que no espera ETERNIDAD, no es vida, es MUERTE ya.

No hay comentarios: