miércoles, 20 de junio de 2012

¿Salimos GANANDO al perder el PARAÍSO?

         Nuestros Padres fueron ambiciosos, al querer ser como dioses y al no obedecer perdieron el Paraíso; pero ganaron la LIBERTAD.

        Si hubieran obedecido y no ambicionado ser como dioses, ahora disfrutaríamos de un Paraíso Terrenal, siempre lo mismo eternamente y con un cuerpo inmortal; pero al fin cuerpo…y veríamos a Dios; pero nunca podríamos participar de su ESENCIA.

        No todas las ambiciones son malas por aquello de que “La avaricia rompe el saco”.

        Si no fuera por los muchos ambiciosos altruistas, aventureros, héroes y Santos el mundo no habría progresado.

        La obra CUMBRE de toda su Creación, fue el hacernos Dios a su imagen y semejanza.

        Adán y Eva ambicionando ser como dioses, creyendo la mentira de Satanás, comieron la célebre manzana.

        Adán, Eva y Satanás ignoraban que Dios, en el fondo, lo que quería era que fuéramos como ÉL.

        Dios no fue menos ambicioso al querer disfrutar del amor HUMANO que le podríamos dar LIBREMENTE aquí en la tierra, ya que en el MÁS ALLÁ no podríamos AMAR a Dios en libertad.

        Y por eso decidió hacerse HOMBRE para que nosotros pudiéramos ser DIOSES.

        Pero si para Dios, el tomar nuestra NATURALEZA, le supuso vivir la vida que vivió y morir como murió, para nosotros no podría ser más fácil porque lo que estaba en juego no era nada menos que llegar a ser como DIOS, participando de su DIVINA ESENCIA.

        Dios no quería darnos gratis algo tan sublime, porque lo gratis no se aprecia y porque además algún mérito tendríamos que hacer para conseguir algo tan SUBLIME y ETERNO.

        También quiso que aun en este mundo pudiéramos participar de su ESENCIA DIVINA que es el AMOR puesto que bien claro dijo:

       “VENID a mi todos los que andéis angustiados con trabajos y cargas y yo os ALIVIARÉ”.

        El VENID significa que sigue aquí ABAJO con nosotros.

        Y lo mismo cuando Dijo: Yo ESTARÉ con vosotros todos los días, porque el ESTAR requiere presencia física.

        Esa presencia física la tenemos en la EUCARISTÍA, cuando dijo:

       “El que COME mi carne y BEBE mi sangre, MORA en mí y YO en ÉL” y el MORAR en uno es lo más unitivo.

       Todo esto como es tan GRANDIOSO y al mismo tiempo tan fácil como es COMULGAR, se nos pasa casi desapercibido; pero no para Jesucristo porque cuando LO recibimos, ÉL sí que hace en nosotros su obra de AMOR silencioso y santificante.

No hay comentarios: