Nuestro insigne don Miguel de Unamuno que se reconoció agnóstico convencido y que dijo “El
PERDÓN era la VENGANZA de los grandes
hombres” dejó escrita en su magnífica obra póstuma “Diario Íntimo” las frases
más bellas sobre la Madre de Dios:
“Pasan
imperios, teorías, glorias, mundos enteros. Y quedan en entera calma la eterna
Virginidad y la eterna Maternidad, el misterio de la pureza y el misterio de fecundidad (…)
He llegado
hasta el ateísmo intelectual, hasta imaginar un mundo sin Dios, pero ahora veo
que siempre conservé una oculta fe en la
Virgen María.
En momentos
de apuro se me escapaba maquinalmente del pecho la exclamación: Madre de
Misericordia, favoréceme. Racionalicé la fe.
Quise
hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de llegar a la libertad en Cristo. (…)
La oración es la única fuente de la posible comprensión del misterio ¡El Rosario! ¡Rezar meditando los misterios!
No sutilizarlos ni escudriñarlos sobre los libros, sino meditarlos de rodillas y rezando. Éste es el camino”
Jorge Luis Borges que era agnóstico rezaba todas las noches el Padrenuestro, porque se lo había prometido a su madre y murió asistido religiosamente
El que no comprenda los misterios de Dios y no se quiera jugar toda su vida a la única carta de la no existencia de Dios, por, si realmente, existe, “QUE RECE A LA VIRGEN”
Luis Miguel
Dominguín, famoso torero, ateo, y el doctor Vallejo Nágera, famoso psiquiatra,
escritor y católico, como eran muy amigos y el doctor le apreciaba mucho,
deseándole su eterna salvación, le pidió a Luis Miguel, que aunque no creyera,
cuando se encontrara de cara la muerte,
rezara, en atención a él, al menos, la siguiente segunda parte del Ave María:
SANTA MARÍA,
MADRE DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS PECADORES, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA
MUERTE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario