El libro de Eric Frattini en el que dice quienes son los cuervos del Vaticano y que yo me atrevería a preguntar quiénes son los Judas, ya que Satanás que es muy listo; pero muy cobarde, siempre ataca taimadamente y por la espalda, como Judas.
Todos los Papas han querido rodearse de los mejores
colaboradores; pero no se han podido librar de algunos Judas, como tampoco
Jesucristo, siendo Dios se libró de su Judas.
Por eso habría que pedir: “Líbreme Dios de las aguas mansas
que de las bravas me libro yo”
Los enemigos y
detractores de la Iglesia que lean este
libro encontrarán hechos y actuaciones por lo que podrán llegar a pensar y
decir ERRÓNEAMENTE que la
Iglesia es una farsa y que está corrompida.
También podrían pensar y decir que toda la vida de
Jesucristo fue una farsa y que no tuvo tanto poder al no conocer y si lo
conoció, ¿Por qué admitió a Judas como discípulo?.
Recordemos lo que en la parábola de la cizaña dijo el dueño a sus criados, que querían
arrancar la cizaña que habría sembrado un enemigo:
“Dejad que ambos crezcan hasta la siega y al tiempo de la
siega diré a los segadores: Tomad primero la cizaña y atadla en haces para
QUEMARLA y el trigo recogedlo para encerrarlo en el granero”
Aunque la
Justicia y la Misericordia DIVINA se dan la mano, en muchos
casos la JUSTICIA
se tendrá que ir de la mano.
A nadie, por poco que reflexione, tendrá que reconocer y CREER
que todo cuanto se cuenta en los
Evangelios es VERDAD.
Si los Evangelistas se hubieran inventado la VIDA, MUERTE y RESURRECIÓN de
Jesucristo, no deberían haber contado la traición de Judas, la negaciones de
Pedro, que ellos se durmieron en el huerto de los olivos, que no lo defendieron
ante Pilato, que tampoco le ayudaron a llevar la cruz, que Tomás no creyó en la Resurrección de Jesús
hasta que no metió sus dedos en sus llagas y tantos otros episodios en los que
Jesús y ellos no salían bien parados.
Volviendo a lo que cuenta el libro “Los Cuervos del
Vaticano” convendría recordar lo que le dijo Jesucristo a San Pedro:
“Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia,
y las puertas del INFIERNO no prevalecerán contra ella”
La Barca
de Pedro ha estado, está y seguirá remando siempre remando contra corriente,
azotada por toda clase de tormentas y muchas veces hasta con vías de agua con peligro de zozobrar; pero siempre habrá a bordo quien achique agua y enderece su rumbo si en algo se ha
torcido.
Y es porque el poder de la Iglesia tan traído y
llevado demagógicamente no lo tiene por sus tan criticadas riquezas, ni por su
diplomacia Vaticana, sino de JESUCRISTO que es DIOS que ESTÁ entre nosotros y
de sus fieles que LE siguen y obedecen incondicionalmente.
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