¿Por qué vivimos pensando y DESEANDO más el FUTURO que el
presente?
Porque aunque no lo creamos ni lo pensemos hemos nacido para
un ineludible ETERNO FUTURO.
Hemos tenido un principio pero jamás veremos un FINAL
¿A quién no le horroriza pensar y saber que vivirá sin morir
NUNCA?
Al que esté viviendo una PERRA vida no podrá ni pensarlo.
Y al que esté disfrutando de todos los PLACERES reconociendo
por experiencia, que esos placeres, a veces, son un tormento, tampoco le
agradará pensarlo.
Posiblemente, al que lo CREA y lo ACEPTE podrá pensar y
preguntarse:
¿No será ABURRIDÍSIMO estar toda la ETERNIDAD viviendo
siempre lo mismo?
De
todo esto sólo sabemos lo que algunos santos han experimentado, entre ellos
sepamos lo que San Pablo en su carta a los Corintios dejó escrito:
“Sé
de un hombre en Cristo que hace catorce años – si en el cuerpo, no lo sé; si
fuera del cuerpo tampoco lo sé, Dios lo sabe – fue arrebatado hasta el tercer
cielo; y sé que este hombre – si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé,
Dios lo sabe, - fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el
hombre no puede decir”
Según
escrito está: “Ni el ojo vio ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo
que Dios ha preparado para los que le aman”
Nosotros
lo único que podemos saber de todo esto es que una tercera parte del día, o sea
ocho horas DORMIMOS y soñamos y no nos aburrimos porque esas ocho horas nos
parecen UN MINUTO.
Algo
nos querrá decir Dios, a CADA UNO, con
esta experiencia de lo que puede que sea vivir ETERNAMENTE salvados o
condenados.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario