Aunque en este mundo todo se compra, se vende y tiene
su precio, lo que se compra gratis, sale caro; y el que da algo gratis, casi
siempre, sin pretenderlo, consigue de la persona agraciada, el AMOR
Dios
que no tiene precio porque lo TIENE TODO
y nosotros no tenemos NADA, y por aquello de que los extremos se tocan,
sepamos que ese TODO de Dios y nuestra NADA sólo se pueden unir por un MUTUO AMOR que ni se compra ni se
vende, se DA.
Sólo
conseguiremos ese MUTUO AMOR con una cosa tan fácil como es la FE y tan difícil de ejecutar como es la ESPERANZA , porque habrá que esperar con paciencia el tiempo que Dios
crea oportuno para darnos su amor al hacerse VISIBLE con algo que le hayamos
pedido
El
Evangelio está plagado de HECHOS y no de PALABRAS en los que Jesucristo, como
Dios, nos ha dado su AMOR invisible en
algo tan visible como una curación
porque se ha CREÍDO en ÉL y ESPERADO sin dudas ni vacilaciones, como veremos el
en pasaje siguiente que nos cuenta San
Juan en el capítulo 4-43.
“Había
allí un cortesano, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm y oyendo que llegaba
Jesús de Judea a Galilea, salió a su encuentro y le rogó que bajase y curase a
su hijo, que estaba para morir
Jesús le dijo: Si no viereis señales
y prodigios, no creéis
Díjole el cortesano: Señor baja,
antes que mi hijo muera.
Jesús
le dijo: VETE tu hijo VIVE.
CREYÓ
el hombre en la palabra que le dijo Jesús y se FUE.
Ya
bajaba él cuando le salieron al encuentro sus siervos, diciéndole; Tu hijo
VIVE.
Preguntóles
entonces la hora en que se había puesto mejor, y le dijeron: Ayer a la hora
séptima, le dejó la fiebre.
Conoció,
pues el padre, que aquella era la misma hora en que Jesús le dijo: Tu hijo
vive, y CREYÓ él y toda SU CASA
¿Tanto
nos cuesta tener FE y ESPERAR en Dios?
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