martes, 23 de agosto de 2022

SI LEYÉRAMOS EL SALMO 104 (1O5) CAMBIARÍAN NUESTRAS VIDAS.

          Alabad a Dios,   

        Invocad su nombre, 

        Dad a conocer entre los pueblos sus proezas,  

        Gloriaros  en su santo nombre.

Alégrese el corazón de los que buscan a Dios.
 
Recordad las maravillas que ha obrado, sus prodigios y las sentencias de sus labios.
 
Si leemos, releemos y sobre todo meditamos y vivimos estos escogidos  versículos del Salo 104 (105), nuestras vidas CAMBIARÁN que son las que realmente podrán  cambiar el mundo y no el  incierto CAMBIO que nos proponen algunos.

Porque ¿Cuántos de los que nos proponen ese Cambio, ALABAN e INVOCAN al DIOS y nos dan  a conocer sus proezas?

Ojala esa Regeneración Democrática tan ampulosa y  predicada sea GLORIARSE en el santo nombre de DIOS y en alegrar los corazones de los que BUSCAN a DIOS.

Y no en criticar, dividir y enfrentarnos, para conseguir sus propuestas y promesas electorales, en lugar de recordarnos las maravillas y prodigios que Dios ha obrado y sigue obrando, y que  oigamos las sentencias de Dios  que son palabras que dan vida eterna y no utopías, a sabiendas, que son irrealizables.

         Si para construir y que dure un grandioso edificio lo primero que habría que hacer es ahondar en los cimientos, tener los materiales adecuados y luego ensamblarlos

        Luego para que surja  una gran sociedad  y que dure, habrá que cimentarla en los principios inamovibles de los Mandamientos de Dios, que deberán aceptar y cumplir todos los componentes de esa gran sociedad, ensamblados y dirigidos por los políticos mejor capacitados, más honrados, sin sectarismos y con sentido de estado.

Porque CAMINAR sin la VISTA en DIOS sería IR ATRÁS

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