jueves, 29 de enero de 2009

HAY QUE SER SABIO Y NO SABIONDO

El mundo está lleno de sabiondos o listillos que se creen saberlo todo, o al menos quieren que los demás lo crean y así mienten, engañan y aparenta ser inteligentes, cuando en el fondo son unos ignorantes atrevidos, unos pobres diablos, que tarde o temprano son descubiertos.

Muchas personas son muy inteligentes y sin embargo no son sabios, porque se dice que el sabio es todo aquel que habiendo aprendido muchas cosas, las olvida; pero se comporta de acuerdo con lo aprendido.

Inteligente significa entender; pero si lo que entiende no es bueno y además no sabe usarlo debidamente, no le sirve de nada, por lo tanto es de tontos y no de sabios.

Hay que ser sabios, sin que por esto quiera decir que todos debamos ser famoso y un hombre preeminente. Hay personas que sin saben leer ni escribir, tienen unos conocimientos y sobre todo comportamientos de sabio, porque sabio, según lo define la Real Academia de la Lengua Española, es el que posee la SABIDURÍA.

¿Y qué es la sabiduría? Sepamos cómo la define la Biblia:

“En la sabiduría hay un espíritu inteligente, santo, único y múltiple, sutil, ágil, penetrante, inmaculado, claro, inofensivo, benévolo, agudo, libre, bienhechor, amante de los hombres, seguro y tranquilo.
Es un hálito del poder divino y una emanación pura de la gloria de Dios omnipotente, por lo cual nada manchado hay en ella. Dios a nadie ama sino al que mora con la sabiduría”.

“ ¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?”.

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